Crisis polaca
Parece claro que nos encontramos en plena crisis de valores. Los religiosos pasaron a la historia; los morales están cambiando, para bien, y los políticos, los viejos esquemas o sistemas políticos, entran en crisis cada vez más. Ya no sirve el capitalismo, ni el socialismo, ni tan siquiera la socialdemocracia. Lo único que sirve, al menos eso parece, es el progreso.Se trata de progresar. Polonia ha demostrado, a los pocos incrédulos que siguen vivos, que la dictadura del proletariado no sirve para nada, ni siquiera a ese proletariado que, se supone, dirige los destinos nacionales. La crisis de Occidente está más que de manifiesto. Pasamos por una situación económica insostenible y por una crisis de valores más insoportable aún.
Ante esta perspectiva, cabe preguntarse si realmente sirve para algo la inmensa mayoría de las cosas que realizamos. Si nos va a quedar algo de todas estas luchas diarias contra personas, grupos o lo que sea.
Si Polonia no está conforme, si Estados Unidos tampoco, difícilmente podremos estarlo nosotros, los españoles, que empezamos ahora a conocer los, síntomas de la crisis de la democracia y desconocemos aún los síntomas de lo que algunos llaman socialismo.
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