_
_
_
_
_

El Gobierno de Teherán, dispuesto a "exportar" su revolución islámica

La «jornada de Jerusalén» solicitada por el imán iraní Jomeini para que los musulmanes de todo el mundo se manifestasen fue poco seguida en los diversos países islámicos, salvo en la ciudad de Teherán, donde se congregaron varios centenares de miles de personas a los gritos de «muerte a EE UU, a Israel y la URSS». Precisamente el embajador iraní en Moscú afirmó ayer que abandonaría su sede si los soviéticos no suspenden su ayuda militar a Irak.

Los centenares de miles de manifestantes iraníes escucharon ayer en Teherán un comunicado, difundido por el «comité organizador de la jornada de Jerusalén » en el que se exhorta a «exportar la revolución iraní según los consejos del imán Jomeini y sostener a los movimientos de los desheredados del mundo»; éstos serían los palestinos, eritreos, musulmanes afganos, filipinos y los negros norteamericanos.Aprovechando la celebración de la «jornada», el presidente iraní, Adbolhassan Banisadr, inauguró en Teherán una «Embajada de Palestina», ceremonia a la que asistió el obispo mezquita Hilarion Capucci. La nueva embajada está ubicada en el antiguo edificio de la representación diplomática de Israel. Un clérigo iraní interrumpió el discurso del embajador palestino, Hani el Hassan, cuando éste se refirió al carácter laico que tendría el futuro Estado palestino.

En la ciudad de Jerusalén la calma fue total y unos 35.000 fieles asistieron a los oficios religiosos del viernes, el último del Ramadán, en las mezquitas de la Roca y Aqsa, cifra no muy grande considerada la festividad de la jornada, fin del Ramadán y el llamamiento de Jomeini.

En relación con la campaña projomeinista de las diversas comunidades iraníes en Occidente, ayer unos trescientos súbditos de Irán se manifestaron frente a la Casa Blanca, en Washington, rodeados por setecientos norteamericanos, que les arrojaban desperdicios y huevos podridos, en medio de un despliegue policial de protección a los iraníes como desde hace años no se veía en la capital estadounidense. Dos norteamericanos fueron detenidos por tirar desperdicios.

En Manila fueron detenidos trece estudiantes iraníes, en Ankara y Bahrain, se tomaron medidas para evitar tumultos. En Rabat, los ulemas criticaron a Jomeini por sus ataques alos profetas, incluido Mahoma. Finalmente, en Roma, unos cincuenta iraníes desfilaron ante la basílica de San Pedro.

Entre la veintena de iraníes detenidos en Londres, dos de ellos han depuesto su actitud mientras otros dos fueron trasladados ayer urgentemente a un hospital. Las autoridades británicas se muestran alarmadas por el sentimiento antiiraní creciente en la población y que pudiera generar graves enfrentamientos entre partidarios y enemigos del imán Jomeini.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

También ayer pareció quedar decidido el nombramiento del nuevo primer ministro iraní, Mohamed Alí Radjai, que ayer fue recibido por Jomeini, tras lo cual el Majlis (Parlamento iraní) le propuso al presidente Banisadr como jefe de Gobierno. Horas antes, el propio jefe del Estado iraní comentó que Radjai «era el candidato con mayores probabilidades de ser nombrado» y que él mismo le propuso para el cargo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_