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LA LIDIA

La ordenación del espectáculo taurino, en punto muerto

La temporada se presenta incierta, con sospechas de "afeitado"

Está muy próximo el comienzo de la temporada taurina y los problemas básicos de la fiesta de toros siguen sin resolverse. El empeño que representantes de algunos estamentos del espectáculo (pocos) han puesto para que el Ministerio de Cultura cree una dirección general dedicada exclusivamente al mismo, es muy posible que, de momento, se quede en la simple manifestación de intenciones. Todo está, como ahora hace un año, en punto muerto.

El ministro Clavero era partidario de solucionar este asunto y por mediación de su director general de Teatro y Espectáculos inició el proyecto de estructuración de una comisión interministerial cuyo primer trabajo sería estudiar a fondo los problemas fundamentales del espectáculo taurino, proveer soluciones y coordinar las acciones de todos los departamentos que entienden en asuntos relacionados con la Fiesta. Las opiniones del nuevo ministro, Ricardo de la Cierva, sobre esta cuestión y el tratamiento que se le debe dar, son una incógnita. El mundo taurino acabaría por conformarse, no obstante, con que por lo menos el nuevo equipo de Cultura no interrumpiera el camino emprendido.De cualquier forma, el taurinismo en general no ha dado la talla una vez más. El paréntesis del invierno se presentaba muy propicio para conseguir la reestructuración y promoción del espectáculo, y, sin embargo, se ha hecho muy poco. Todas las representaciones se mostraban partidarias de que la ordenación de la Fiesta se centrara en el Ministerio de Cultura, pero muy pocas fueron las que hicieron las necesarias gestiones.

Mejor papel ha desempeñado la Diputación Provincial de Madrid en su calidad de propietaria de Las Ventas -considerada como la primera plaza del mundo-, pues ha trabajado de firme hasta la aprobación de un plan de mejora de la temporada taurina en la capital y provincia. Y, en definitiva, de promoción del espectáculo. Este plan podría tener la interferencia del desdichado pliego de condiciones redactado por la Diputación anterior, que en realidad era una trampa para capturar los dineros de empresarios audaces o incautos, sin pararse a considerar que en esa misma trampa caerían también inexorablemente, la afición y la fiesta de toros en Madrid, pues todo lo que ingresara la Corporación en concepto de arrendamiento por encima de lo razonable tenía forzosamente que repercutir en contra del público y de los justos intereses de los protagonistas principales del espectáculo, que son toreros y ganaderos.

La intención de los diputa dos responsables de la política taurina era explotar directamente Las Ventas, en el caso de que hubieran tenido que rescindir el contrato a Diodoro Canorea, y ésta habría sido una experiencia interesantísima, que muy probablemente se extendería a muchas otras plazas que son propiedad de diputaciones y ayuntamientos y las tienen arrendadas. Los mismos taurinos, en su mayor parte, deseaban que esta explotación directa fuera un hecho. Ahora, con la reestructuración de Taurina Hispalense, que pasa a ser la empresa de Madrid, vuelve a abrirse la esperanza de que la temporada taurina madrileña mejore en algunos de sus aspectos, pero hay otra esperanza y es que la Diputación acierte en su plan de promoción. que va a llevar adelante por intermedio del órgano especial de gestión, que creó al efecto. Precisamente en estos días nombrará el gerente del mismo, con el equipo previsto en el proyecto. Tiene mucha tarea por delante. Por ejemplo, negociar con la nueva empresa mejora cuantitativa y cualitativa de la temporada taurina; reorganización del museo taurino; confección de los programas de mano para las corridas de Las Ventas y plan de difusión de la fiesta; promoción de festejos en la provincia; organización de las corridas de Beneficencia y montepío de empleados de la Corporación, etcétera.

Sospechas de fraude

De otro lado, la temporada 1980 se presenta incierta. Por una parte está la expectación por ver si cuajan los nuevos valores de la novillería, en los cuales tienen puestas sus esperanzas los aficionados, y por otra, la curiosísima y significativa circunstancia de que el cartel más taquillero que en principio puede ofrecerse este año es el mismo que tenía la máxima fuerza hace quince años: Camino (que reaparece), El Viti (de quien dicen que no se retira) y El Cordobés, ya en activo desde la temporada anterior.Estas reapariciones y permanencias hacen temer que el fraude podría ser habitual en las plazas españolas durante 1980 pues, por añadidura, ya en 1979 se lidiaron muchísimos toros con unas astas que suscitaban la sospecha -por no decir la evidencia- de afeitado. El Ministerio del Interior es el que tiene que proceder, con dedicación y responsabilidad, a fin de atajar el mal desde su raíz.

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