Una revista judía promueve un coloquio palestino-israelí en Washington
¿Son conciliables las aspiraciones nacionales palestinas con la seguridad de Israel? Este es el tema, escandaloso para algunos medios oficiales israelíes, que pretende tratar la revista judía New Outlook en un próximo coloquio, en Washington, sobre la paz en el Próximo Oriente.La revista ha enviado invitaciones a los diferentes diputados de la Knesset, algunos de los cuales han aceptado participar en el coloquio, «aun si intervienen palestinos, siempre, y cuando éstos no pertenezcan a la OLP», salvo dos diputados de la izquierda sionista que han declarado que participarán en el diálogo palestino-israelí «sin poner condición alguna».
Ante este acontecimiento, un reproche recibe New Outlook, y se trata de que los palestinos invitados a participar en el coloquio, personalidades políticas e intelectuales que viven en los territorios ocupados por Israel, «se identifican con los puntos de vista de la OLP».
El director de New Outlook, Siha Flapan, afirma que esto no debe ser ningún obstáculo, puesto que ministros israelíes y altas personalidades de Tel Aviv se entrevistan regularmente con estos personajes que declaran abiertamente que «su representante es la OLP».
Flapan dice además que la invitación no ha sido cursada a gobiernos y organizaciones, sino a individuos judíos, palestinos, no judíos, americanos y europeos. «Excluir del coloquio a los palestinos que simpatizan con la OLP», añade el director, «sería tanto como excluir, prácticamente, a todo palestino del diálogo. ¿Acaso el propio Moshe Dayan no ha dicho que el Gobierno de Begin no preguntaría a los palestinos dispuestos a entablar una negociación de paz si eran o no de la OLP?», comentó Siha Flapan.
«Al conocer esta oleada de histeria para no conversar con los palestinos», dice Haika Grossman, del Partido Socialista-Sionista, «tengo la impresión de que Begin, cuyo partido se ha opuesto rotundamente al coloquio, no tiene intención de hablar con los palestinos simpatizantes o no de la OLP.»
Y este es el fondo del problema. Pensar si el Gobierno israelí piensa de antemano que nada provechoso puede salir del coloquio palestino-israelí en Washington.
