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Progresan las negociaciones sobre desarme soviético-norteamericanas

Tan sólo unas horas después de haber criticado al Gobierno norteamericano ante la Asamblea General de la ONU y de haber advertido contra los «sermones» en materia de derechos humanos, el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, voló inesperadamente a Washington y mantuvo una entrevista con el presidente Carter.

El extraño encuentro, en el que participó también el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, se produjo sólo cuatro días después de la visita oficial de Gromiko a la Casa Blanca, en la que no se registraron avances respecto a un nuevo acuerdo sobre limitación de armas estratégicas. La entrevista de ayer fue solicitada por el ministro soviético y muy probablemente tuvo por objeto el que éste informara de la postura de su Gobierno sobre determinadas propuestas estadounidenses.A la salida de su reunión de hora y media con Carter, el canciller ruso manifestó a los periodistas que se habían realizado algunos progresos en la búsqueda de un nuevo acuerdo de limitación de armas estratégicas y añadió que ambas partes tienen la «firme intención de trabajar hasta que se llegue a este segundo acuerdo». El vigente pacto SALT expira el próximo lunes, después de cinco años de vigencia, pero Estados Unidos y la URSS han decidido una prolongación tácita del mismo hasta que se consiga un nuevo tratado.Durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Gromiko se refirió a la bomba neutrónica, a la que calificó de «inhumana» y comparable a la guerra química o bacteriológica, a la vez que solicitaba de la ONU que se prohiba esta nueva arma. La bomba de neutrones, cuya producción en cadena está pendiente de una decisión del presidente Carter, causa la muerte a los seres vivos sin dañar el entorno físico.

El ministro soviético pronunció un discurso ante la ONU, que fue calificado como «menos conflictivo,» que los de años anteriores por la prensa estadounidense, pero en el que incluyó fuertes críticas a la Administración Carter. Tras resaltar la preocupación soviética por el respeto a los derechos humanos en el mundo, Gromiko añadió que «cualquier intento de sermonearnos o, aún peor, de injerirse en nuestros asuntos internos bajo pretextos artificiales, encontrará nuestra absoluta repulsa».

El espíritu de «detente» entre las dos superpotencias estuvo presente también en el discurso de Gromiko, que además se mostró partidario de la prohibición total de todas las pruebas atómicas, incluidas las subterráneas, y advirtió a Estados Unidos que si continuaban adelante con, su programa de misiles crucero, el único resultado será «una mayor rivalidad y miles de millones arrojados al abismo sin fondo de la carrera de armamentos».

Gromiko advirtió también, en otro momento de su discurso, sobre la ampliación de las alianzas militares, en lo que pudo ser una clara alusión al ingreso de España en la OTAN, aunque la frase no era más explícita. Mientras que el Pentágono ha reiterado en varias ocasiones su deseo de que España se incorpore a la alianza, la URSS se ha opuesto. rotundamente a este ingreso y, según algunas informaciones de prensa, habría ofrecido ventajosas contrapartidas económicas a Madrid para que no acepte incorporarse al pacto defensivo atlántico.

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