Los restos de "Txiki", inhumados en Zarauz
Poco después de las seis de la tarde de ayer llegó a Zarauz el cuerpo de Juan Paredes Manot, «Txiki», procedente del cementerio de Sardañola (Barcelona), en el que fue enterrado tras su fusilamiento, el 27 de septiembre de 1975, en cumplimiento de sentencia de un consejo de guerra que le declaró culpable de la muerte de un guardia civil.
Cuarenta personas, entre familiares, amigos y un escasísimo número de periodistas, aguardaban en el camposanto de Zarauz el cuerpo del militante de ETA, que había escrito en su testamento: Mañana, cuando yo muera, no me vengáis a llorar, nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad. El enterramiento se efectuó en un panteón provisional y fue seguido del rezo de un responso en medio de un respetuoso silencio y en un ambiente impresionante por ser ya noche oscura y por el frío reinante. Acabada la ceremonia, los asistentes cantaron Eusko Gudariak Gera y se retiraron silenciosamente.