Un misterio electoral
Con motivo de los recientes resultados de las elecciones en Suecia y en Malta, países tan dispares, he caído en la cuenta de que desde hace varios años y en casi todas las naciones democráticas de Europa,se obtienen resultados electorales en los que la mayoría, ya sea conservadora o progresista, se impone por un margen mínimo. Justo los escaños necesarios para tener el control del parlamento.Tanto en Suecia. Dinamarca, Francia, Inglaterra, Holanda, Alemania, Malta, etc., la mayoría domina a la oposición por una ventaja apuradísima (de un 1 a un 5, por 100).
Y yo me pregunto: ¿cómo es que tantos países tienen su electorado justamente partido por la mitad?; ¿es que cada uno de los dos bloques o coaliciones calcula, mediante prospecciones, las concesiones mínimas que tiene que hacer en su programa electoral para llegara los votos imprescindibles? Así es. pero, a pesar de todo, resulta chocante que se llegue a resultados tan afinados y por los pelos.
Ya sabemos que en estas luchas políticas, tan despiadadas, se echa mano de todas las coacciones económicas, morales y espirituales; golpes bajos, sobornos, calumnias, etc., a fin de desequilibrar la balanza a favor, aunque sea mínimamente (un inciso: en las elecciones dictatoriales, los procedimientos son aún más tristes y, crueles). Pero a pesar de estas tretas tan conocidas, ¿no sigue resultando sorprendente el que se produzcan, casi indefectiblemente, esas diferencias tan mínimas, habiendo participado tantos y tantos millones de electores, muchos de ellos insobornables?
¿Podría explicarnos este curioso fenómeno algún experto en ciencias políticas de EL PAIS?