Ha aparecido el cadáver de la última rehén del secuestro de Entebbe
El diario de Nairobi The Daily Nation, informó ayer que el cuerpo de la señora Bloch apareció totalmente consumido por el fuego en un campo cercano a Kampala, capital de Uganda.El periódico informa que junto a los restos de la señora Bloch, la única rehén del avión de pasajeros secuestrado por un comando palestino que no ha aparecido, había tres cadáveres que corresponden a los tres operadores de radar del aeropuerto de Entebbe, pertenecientes a la compañía The East African Airways, que se encontraban de servicio en el momento de producirse el ataque israelí al aeropuerto de Uganda.
El periódico explica que el cadáver de la señora Bloch fue hallado el pasado día 5, un día después del raid hebreo sobre Entebbe.
Por su parte, el hijo de Dora Bloch dijo ayer en Jerusalén que su madre había sido ejecutada a «sangre fría».
Entre tanto, las autoridades de Uganda expulsaron al diplomático inglés Peter Chandley, que salió por vía aérea con destino a Nairobi. El Foreing Office calificó la expulsión de «totalmente injustificable».
Las razones aducidas por Uganda para justificar la medida contra el diplomático inglés son, que Peter Chandley falseó informaciones sobre la señora Bloch, diciendo que la había visto el día después de la incursión israelí a Entebbe.
Noticias sin confirmar, dicen que otros dos súbditos británicos residentes en Uganda han sido conminados a abandonar el país antes de la medianoche de ayer. Ivor Richard, embajador de Gran Bretaña ante las Naciones Unidas, informó ayer al Consejo de Seguridad que graves amenazas pesaban sobre los ciudadanos británicos residentes en Uganda.
Mientras tienen lugar estos hechos, las acusaciones mutuas entre los Gobiernos de Uganda y Kenya prosiguen. En Nairobi se comenta que los ugandeses han concentrado fuerzas de infantería, veinte carros de combate y tropas de la milicia territorial, en las ciudades de Busia, Karita y M'Bale, a lo largo de la frontera ugandesa-kenyata, «con instrucciones de atacar cuando reciban orden».
Por su parte, las autoridades de Kampala lo niegan, y comentan que tales acusaciones son una cortina de humo para disimular las concentraciones de tropas kenyatas estacionadas a lo largo de la frontera con Uganda.
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