Posible asesinato de uno de los rehenes de Entebbe
A menos de una semana de la incursión israelí en el aeropuerto de Entebbe, la espectacular acción suscita importantes controversias en el Consejo de Segde la ONU, en Tel Aviv, donde la opinión pública se preocupa por la suerte de la señora Bloch, y en Africa que ve deteriorarse las relaciones entre Uganda y Kenya al punto que no se descarta una guerra abierta entre ambos países.Se teme por la suerte de la señora Bloch, de 75 años de edad, y que había sido trasladada a un hospital de Kampala, antes de que se produjese la incursión israelí. La señora Bloch padecía del corazón, y tuvo que ser ingresada en el hospital al no haber podido soportar las emociones de la semana que duró el secuestro.
El Gobierno británico se interesó por la suerte de la señora Bloch, que posee doble nacionalidad, israelí y británica, y envió con este fin a Kampala al señor James Henessy. El funcionario británico no logró sin embargo hacerse escuchar por las autoridades ugandesas que le contestaban que, a propósito de la señora Bloch, se remitiera a Israel.
Finalmente el presidente Idi Amin, recibió al señor Henessy «a pesar de sus múltiples ocupaciones" según dijo la oficina de la presidencia ayer. Se teme sin embargo por la vida de la pasajera y rehén enferma. El diario New York Times, que cita una fuente diplomática, dada por muerta.
Según el periódico, Dora Bloch fue sacada del hospital en donde estaba internada por dos policías, después de la acción israelí, quienes para acallar sus gritos la amordazaron, provocándole la muerte por asfixia.
El Consejo de Seguridad se reunió anoche para analizar la petición formulada por el grupo africano de la ONU de que la acción israelí sea caracterizada y condenada como «agresión a un Estado miembro de la ONU».
Se cree sin embargo que esta petición no tendrá éxito, en particular por el veto que opondrá Estados Unidos a cualquier condena contra Tel Aviv. El presidente Gerald Ford había felicitado con anterioridad al Gobierno israelí por la operación de rescate de los rehenes.
Aunque en algunos medios diplomáticos se estima que esta reacción del presidente Ford estuvo motivada en gran medida por consideraciones electorales, no deja de manifestarse una cierta inquietud por los efectos a largo plazo de este apoyo.
En cualquier caso, las repercusiones más importantes de la incursión israelí parecen tener lugar en Africa, en donde Kenya y Uganda se encuentran prácticamente al borde de la guerra. La prensa de Kenya acusó en, días pasados al presidente Idi Amin de «fascista» y «sádico».
Hasta la incursión israelí, el Ejército ugandés era muy superior al de Kenya. Con la destrucción de gran parte de la aviación de guerra ugandesa en aquella operación, las fuerzas parecen más equilibradas.
Kenya, que controla las rutas terrestres de Uganda hacia el mar, cortó ayer el tráfico por ellas hacia el vecino país. Mayor -preocupación podría causar en Uganda la eventual interrupción de los suministros de petróleo que le llegan desde la refinería de Mombassa.
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