Obradovic, el patriarca del baloncesto europeo

A Zeljo Obradovic (Cacak, Serbia, 56 años) los títulos no le sorprenden “aunque ganar nos gusta a todos” viene repitiendo desde hace años. El domingo en Berlín cumplirá 500 partidos como entrenador en Europa, en los Juegos Olímpicos de disputados a lo largo de 23 temporadas. Su listado de galardones dobla la hoja del folio. En resumen: ha ganado ocho Euroligas con cuatro equipos distintos: Partizan, Joventut, Real Madrid y las cinco últimas con Panathinaikos. Campeón de la Eurocup (antigua Recopa con Madrid) y de la Copa Saporta con Benetton; tiene 10 Ligas y seis Copas de Grecia, todas ellas con Panathinaikos; una plata con Yugoslavia en los Juegos Olímpicos de Atlanta1996, un oro con el mismo país en el Mundial de Grecia de 1998; un oro en el Europeo de España 1997 y un bronce en el europeo de Francia 1999 también con la selección balcánica. El folio sigue sumando títulos conseguidos como jugador de ese país: una medalla de plata en los Juegos Olimpicos de Seúl 1988 y una de oro en el Mundial de Argentina dos años después. Se puede seguir, pero la lista se antojaría un jeroglífico de títulos, países, equipos. 

Y todo comenzó en un acto de autoestima y sentido del humor. Tenía 31 años y jugaba en el Partizan. Era un tipo joven para el baloncesto. Corría el verano de 1991 y el presidente Kikanovic le transmitió su pesar por no tener aun entrenador para la próxima temporada: “Yo tengo un entrenador para ti”, le soltó Obradovic, que ante la extrañeza del presidente añadió: “Yo mismo”. ¿Vocación, autoestima, sentido del humor? Lo cierto es que Kikanovic le ofreció la posibilidad dos semanas después y el técnico serbio paso la noche en vela porque tenía que decidirse en un día: colgó la ropa de entrenamiento y se puso el traje de entrenador. 25 años después es la referencia del baloncesto europeo en los banquillos, un estratega ejemplar. 

Conocimiento y sentido del humor se juntaron cuando, tras la presentación de la Final Four en Berlín el jueves aseguró que “El Baskonia tiene tres grandes bases: Adams, James y el señor Bourousis, recalcando su especial predilección y preocupación por el pívot griego del equipo vitoriano. Un conjunto que su opinión “juega de memoria, lo que significa que Perasovic ha hecho un gran trabajo”. Dominador del español, italiano e inglés apenas chapurrea el griego a pesar de vivir 12 años en Grecia. Relató hace años que así huía de saber que decían la multitud de periódicos deportivos en el país heleno. Genio y figura.