“Abandonar Europa es una decisión estúpida”
La banda británica New Order toca este jueves en el BBK Live
"¿Dispones de una hora?", reacciona un abrumado Bernard Sumner (Salford, Reino Unido, 1956) cuando se menciona el Brexit. "Es absolutamente terrible y estoy totalmente en contra, como la gran mayoría de gente que conozco. Lo triste es que los jóvenes son víctimas de una decisión tomada por sus mayores, en especial los menos viajados. La cuestión era demasiado compleja para un referéndum. Dejar Europa es algo que se puede decir en pocas palabras, pero si piensas en lo que hay detrás de esa declaración, es increíblemente complejo. Y no creo que la gente lo entendiese, votaron para impedir que los terroristas entrasen en el país. La inmigración y la crisis de los refugiados fueron esenciales, también el colapso de la sanidad pública. Son preocupaciones bastante racionales, pero no creo que la respuesta sea abandonar Europa, sino tratar estos problemas con tiempo. Es una equivocación, una decisión estúpida que me enoja".
New Order, que toca este jueves dentro de la programación del festival BBK Live, volvían el año pasado a primera línea con un álbum, Music Complete (Mute-PIAS), que les revalidaba ante público y crítica. Era un paso crucial, su primera grabación sin el miembro fundador Peter Hook, que abandonó en 2007 tras una disputa largamente publicitada con Sumner. El principal compositor de la banda de Manchester explica que plantearon el álbum como una escultura; fueron haciendo muescas en el bloque hasta que se manifestó el disco que tenían en mente. Antes compositor que guitarrista o cantante, Sumner entrega al grupo temas en su formato básico —"canciones folk", dice él— y el resto hacen sus definitivas aportaciones. Music Complete es una colección variada y contagiosa, una sabrosa mezcolanza de tonadas pop, guitarras rock y ritmos bailables, con Iggy Pop o Brandon Flowers entre los invitados a la fiesta. Tras la gélida desolación de los discos de Joy Division —y el suicidio de su líder Ian Curtis en 1980—, New Order liderarían la revuelta acid-house desde su club The Hacienda. La palabra que mejor les define sigue siendo euforia.
"Prefiero energía", corrige Sumner. "Hay mucha energía en estas canciones. Éramos otras personas en Joy Division. Nuestras expectativas de vida eran muy bajas. Nos esforzábamos por escapar de la situación económica y política de la época. Además, tanto Ian como yo estábamos inmersos en malas relaciones sentimentales. Teníamos muchos problemas, pero, al hacerte mayor, te encaras mejor a estas cosas. El mundo es hoy un lugar distinto, más próspero. Mi visión ha cambiado, soy un músico profesional, cuando en Joy Division vivíamos con veinticinco libras semanales. Ahora mi vida es confortable, tengo éxito, y eso altera la música que haces. Soy una persona distinta, todos hemos cambiado desde aquellos años de juventud. Cuando empezamos, yo tenía 21 años, y me veía demasiado mayor para estar en un grupo de rock, lo que hoy parece ridículo. Pero evolucionas, y el mundo también, y la música refleja eso".
"Desaprender el odio", enuncia una de las canciones de Music Complete. Cuando se llega a la madurez —y el Bernard Sumner de 60 años ya no es aquel rubio trasunto de Dirk Bogarde de los ochenta— conviene deshacerse del sobrepeso emocional. Solo así puede crearse música que suene intemporal, efervescente e impulsiva, madura en su elaboración, como la que contienen Music Complete y su nueva edición remezclada, Complete Music. "Una de las cosas desafortunadas de hacerse mayor es que acumulas recuerdos", razona. "A lo largo de la vida te pasan muchas cosas que te dejan un poco maltrecho, y debes aprender que no tienen porqué quedarse contigo. Según Freud, las cosas que te suceden en la infancia y la primera adolescencia te afectan para siempre. Pero si consigues una vida mejor, no tienes porque conservar las heridas del pasado. Si las dejas quedarse en tu interior, serán vistas como defectos. Debes desprenderte de ellas".
Debut español en Studio 54
Sumner ríe nervioso cuando se le recuerda su primera visita a España, el verano de 1984, años antes de que reinventasen la dance music en sus alocadas sesiones ibicencas. Debutaron en el barcelonés Studio 54 y días después actuaban en Marbella junto a Cabaret Voltaire y Enrique Morente, en un concierto que solo puede calificarse de histórico. ‘’¡Oh, Dios, sí!’’, admite. ‘’Recuerdo haber estado borracho la mayor parte del tiempo, que me comporté de modo bastante excesivo y que sonamos bastante desconjuntados. Hoy nuestros conciertos son mejores. En aquella época no éramos felices en escena, ahora sí. Hemos ido de un extremo al otro’’.
Babelia
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