La Fiscalía de Cracovia no apelará la sentencia que rechaza la extradición de Polanski a EE UU
Estados Unidos pretendía que el cineasta franco-polaco acudiera a los tribunales de ese país casi 40 años después de su condena por abuso sexual a menores
Después de ser perseguido por la Justicia estadounidense durante casi 40 años, Roman Polanski respira ya tranquilo. La Fiscalía de Cracovia (Polonia) anunció este viernes que no recurrirá la sentencia que rechazó la petición de extradición a Estados Unidos del cineasta, reclamado por la justicia de ese país por un delito de abuso sexual a una menor cometido en 1977. Así pone punto y final al proceso en el país.
"El análisis de las pruebas recopiladas en este caso nos permite decir que la postura del tribunal a la hora de negar la extradición de Polanski –dada a conocer el pasado 30 de octubre- a Estados Unidos es correcta", hizo saber en un comunicado la oficina. Con esta decisión se cierra definitivamente el proceso de extradición de Polanski en Polonia, lo que permitirá al realizador residir y trabajar en el país en el que nació hace 82 años –también nacionalidad francesa-. “Hablando en nombre de Polanski, puedo decir que sentimos un gran alivio de que haya terminado el caso”, aseguró al conocer la noticia uno de sus abogados.
EE UU solicitó al país la detención de Polanski en 2014, durante una visita del director a Varsovia, aunque entonces las autoridades hicieron caso omiso. Fue el pasado enero, tras una nueva petición estadounidense, cuando la Fiscalía de Cracovia decidió aplicar el tratado de extradición bilateral sin condiciones, aunque desechó detener al cineasta, como habían pedido las autoridades norteamericanas. Un proceso en el que el director no se libró de acudir a los juzgados a declarar durante nueve horas el pasado febrero.
Los intentos de que Polanski sea extraditado arrancan en 2009, cuando la justicia estadounidense solicitó a Suiza la detención del director de El pianista o Chinatown, que fue arrestado en el aeropuerto de Zúrich a su llegada para recibir un homenaje del Festival de Cine. Polanski pasó tres meses en prisión y otros siete bajo arresto domiciliario en su casa de la estación de esquí de Gstaad, aunque finalmente Suiza denegó la petición de EE UU.
La pesadilla para el oscarizado director se remonta a 1977, cuando fue denunciado por violación a Samantha Geimer, de 13 años, después de una sesión fotográfica en Los Ángeles. Tras declararse culpable, fue puesto en libertad bajo fianza tras pasar 42 días en la cárcel, momento que aprovechó para huir a Francia ante el temor de que el juez le impusiese una condena más severa. Aunque el cineasta llegó hace años a un acuerdo económico con Geimer, quien retiró todos los cargos y cree que sus décadas de exilio ya han sido suficiente penitencia, el pasado diciembre un tribunal de Los Ángeles rechazó la petición de su defensa para cerrar definitivamente el caso, lo que le impide en la práctica pisar EE UU.
Babelia
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