_
_
_
_
OBITUARIO

Teruaki Murakami, director de ‘Cuando el viento sopla’

El aclamado filme narra el agónico ocaso de dos ancianos en un invierno nuclear

Gregorio Belinchón
El realizador Jimmy Murakami, en Sitges en 2001.
El realizador Jimmy Murakami, en Sitges en 2001.JAUME SELLART (EFE)

Llamarte Teruaki Murakami no era nada fácil en el Estados Unidos de la II Guerra Mundial. Por mucho que tu sobrenombre sea Jimmy, por mucho que hayas nacido en 1933 en la californiana San José y por que tanto solo hayas pisado suelo estadounidense en tu infancia. La vida del cineasta, que falleció el pasado día 16 a los 80 años, no fue sencilla en sus inicios. A los siete años, fue internado con toda su familia en uno de los campos de concentración para japoneses en EE UU (Tule War Relocation Center), uno de los abyectos episodios menos estudiados del bando aliado en aquel conflicto (Murakami, tiempo más tarde, recordaría en dibujos aquel sufrimiento). Allí falleció su hermana y a la salida, sus padres descubrieron que habían perdido sus posesiones, incluida la finca con la que se ganaban la vida.

Puede que pensara en aquel miedo cuando dirigió, décadas después, en 1986, su obra maestra en dibujos animados, Cuando el viento sopla, basada en la novela gráfica homónima de Raymond Briggs, la durísima historia de cómo un ataque nuclear soviético devasta Reino Unido. Como protagonistas, un matrimonio jubilado que vive en una casita en el campo en Sussex y que no entiende muy bien lo que está ocurriendo.

Murakami empezó su carrera como ilustrador en EE UU, pero no se sentía cómodo por el racismo en la sociedad de los años cincuenta en su país natal —hablaba mejor japonés entonces que inglés— y emigró a Japón, donde trabajó en la mítica productora Toei. Sin embargo, aun siendo una empresa ya potente en 1958, adolecía de material y usaban técnicas antiguas. Murakami, tras un breve retorno a California, se afincó finalmente en Reino Unido. Gracias a su talento, su fama creció, despuntando como animador en series de televisión y recogiendo premios por todo el mundo por cortometrajes como el experimental Insects (1961). En 1968 fue candidato al Oscar con el corto The magic pear tree.

EE UU le internó con toda

En los años setenta su estudio sería uno de los punteros de las islas —finalmente, Murakami viviría en Dublín, donde ha fallecido—, y después de un debut como director en 1980 en un filme con actores de carne y hueso, Los siete magníficos del espacio, de la productora de Roger Corman y con guion de John Sayles —una joyita que sin embargo él aborrecía—, en 1982 le llegó su gran oportunidad: El hombre de nieve, basada en el libro ilustrado de Raymond Briggs, y que le encargó Channel Four para un especial de Navidad. Aquellos 26 minutos hicieron popular su nombre para los aficionados y, visto el éxito, Channel Four le ofreció adaptar otro libro de Briggs, Cuando el viento sopla, pero en versión largometraje. A Murakami solo le gustaban los pequeños formatos, que le permitían trabajar en sus cortos experimentales, y rechazó la propuesta sin leer el libro... hasta que el mismo Briggs le envió la novela.

Allí murió su hermana

Cuando el viento sopla arrasó en su estreno en 1986. Por varios motivos: la historia (durísima, desgarradora), la técnica —Murakami se lució con un híbrido entre dibujos animados y stop motion para su casa y la mayoría de los objetos que hay en ella—, la banda sonora, de Roger Waters y con David Bowie cantando la balada con la que arrancaba la acción—... y sus dos protagonistas (con los que Briggs había homenajeado a sus propios padres), perdidos y confusos al principio, desesperados después cuando sufren los efectos de la radiación.

El mismo Murakami tenía muy claro su trabajo: “Tengo que ser franco, lo mío no son las películas para niños. No es porque no quiera hacerlas, sino porque pienso que los niños deberían ver cualquier cosa que se viera bien y estuviera bien hecha; solo que con menos sexo y violencia, lo cual no apruebo. Cualquier cosa inteligente, a los niños les encantaría… sin necesidad de perros o conejitos”.

Su Murakami-Wolf Films nunca dejó de trabajar en anuncios, series, vídeos musicales —como King of the Mountain, de Kate Bush— y películas como una versión del Cuento de Navidad de Dickens de 2001.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_