La mitad de la cúpula policial planta a Carmena el día del patrón
Los mandos se quejan de la forma de homenajear a los agentes caídos en acto de servicio
La fractura entre la cúpula de la Policía Municipal de Madrid y los responsables del Ayuntamiento quedó clara ayer en la celebración del patrón del cuerpo. La mitad de los mandos faltó al acto de entrega de medallas que, en lugar de celebrarse en El Retiro, se trasladó al auditorio de la Casa de Campo. Esto provocó quejas de los agentes, que vieron “cómo se perdía una oportunidad de estar con los madrileños”. Los policías, molestos, celebraron un acto aparte cuando terminó el oficial. Rindieron homenaje a los fallecidos con escolta a caballo e hicieron sonar el himno nacional. La alcaldesa ya se había marchado.
39 medallas al mérito profesional
La celebración del patrón de la Policía Municipal consistió, fundamentalmente, en un homenaje a los agentes fallecidos en acto de servicio y en la entrega de medallas, entre ellas 39 al mérito profesional por intervenciones peligrosas o difíciles.
Cuatro de esas condecoraciones fueron para los agentes que rescataron a los vecinos de la calle de Duquesa de Tamames (Carabanchel) justo antes de que se derrumbara su edificio. Otras fueron para los policías que detuvieron a un hombre en Fuencarral armado con un fusil de asalto, horas después de que se produjeran los atentados de Bruselas.
Durante los últimos 39 años, los actos de celebración del patrón de la Policía Municipal, San Juan, se habían celebrado en el paseo de Coches del Retiro. Consistían en la imposición de medallas, un homenaje a los caídos y un desfile con representantes de las distintas unidades del cuerpo. Estas formaban delante de un escenario donde se situaban las autoridades. El público asistía libremente. Pero esa tradición la rompió ayer el actual equipo de la alcaldesa, Manuela Carmena. El concejal de Seguridad, Javier Barbero, afirmó que quería terminar con el carácter militar del acto y reducir el gasto que suponía el pago de horas extra por el desfile.
El acto se trasladó así ayer al teatro auditorio de la Casa de Campo, al que solo se podía acceder mediante invitación. En un lateral del patio de butacas se sentaron los homenajeados y junto a ellos la cúpula policial. Pero esta última se dividió en dos bloques, ya que el Ayuntamiento había reservado una parte para inspectores y subinspectores (máximos mandos) y otra para los oficiales, en lugar de sentarse juntos como era tradición, lo que aumentó el malestar entre los policías.
Del más de medio centenar de miembros de la escala ejecutiva, solo acudieron unos treinta. Algunos arguyeron que estaban de baja o que tenían compromisos ineludibles para no asistir.
Gran parte de estos problemas vienen provocados por los recientes cambios habidos en la cúpula policial: algunos inspectores de libre designación han sido degradados y ahora ocupan puestos inferiores de oficiales. Esto supone, además de pérdida de escalafón, dejar de ingresar unos 1.000 euros al mes, en algunos casos. “Era como para no haber venido por la forma en que nos están tratando. Nos han llamado al despacho y nos han dicho adónde teníamos que ir, sin consultarnos”, se quejaba un mando policial.
El director general de la Policía Municipal, Andrés Serrano, afirmó que la ausencia de los mandos policiales estaba “plenamente justificada” en todos los casos. “Han avisado en tiempo y forma antes de dejar de venir a este acto, porque hoy era obligatoria su asistencia. Y respecto a los cambios, ahora cumplimos la legalidad, y cada mando ocupa una responsabilidad en función de su puesto en el escalafón”, añadió. Algunos ausentes negaron a EL PAÍS esta versión oficial y reconocieron que habían buscado sus propias excusas para no acudir a un acto del que renegaban.
Uno de los momentos que más encendió las críticas de la escala ejecutiva fue el homenaje a los caídos. Lo protagonizaron la alcaldesa, Manuela Carmena, y el inspector jefe del cuerpo, Teodoro Pérez, en un lateral del escenario del auditorio. Se hizo con la iluminación muy baja y sin que sonara la canción La muerte no es final, como es tradición en el cuerpo. Depositaron una corona de laurel en una pequeña columna que quedaba a oscuras.
Algunos mandos se levantaron de inmediato y se pusieron firmes, con lo que arrastraron al resto de asistentes. “Es una vergüenza cómo han tratado a los compañeros caídos en acto de servicio”, criticaron.
Corona en el monolito
Por eso, la cúpula policial quiso hacer las cosas al modo tradicional. Al acabar el acto, trasladaron la corona de laurel con todos los honores (escolta a caballo incluida) hasta un monolito en recuerdo a los caídos, situado en la Ciudad de la Seguridad, a unos 200 metros del teatro auditorio. Allí formaron los mandos policiales, agentes de la Unidad Central de Seguridad y la banda del cuerpo. No estuvo ningún político, salvo la portavoz del PP, Esperanza Aguirre, que lo vio desde fuera de la valla. El inspector jefe puso la corona junto al monolito, mientras los agentes saludaban al estilo militar. Al final, los músicos interpretaron el himno nacional.
Con anterioridad, la alcaldesa tuvo palabras de agradecimiento para los 6.300 policías municipales, a los que dijo que tenía abiertas las puertas de su despacho. El edil de Seguridad rechazó que hubiera faltado la mitad de la cúpula y de los representantes del principal sindicato (CPPM): “Eso es una opinión. Son percepciones distintas de una misma realidad. Hoy es un día de fiesta”.
Aguirre: “Ha sido un acto vergonzante y vergonzoso”
La portavoz del grupo municipal del PP, Esperanza Aguirre, se quejó de manera airada de la celebración del patrón de la Policía Municipal en el teatro auditorio de la Casa de Campo. Calificó el hecho de “vergonzante y vergonzoso”, frente a la conmemoración que se celebraba tradicionalmente en el parque del Retiro.
Aguirre, que no se ausentó de los actos, que incluyeron un doble concierto de las bandas de la Policía Municipal, el Ejército de Tierra y la Guardia Civil, llegó a decir que habría sido “mejor” que no hubiesen acudido las autoridades. “Nunca he visto, y he sido concejal con Enrique Tierno Galván, una manera de organizar el Día de San Juan [patrón del cuerpo] de esta forma tan clandestina”, añadió muy enojada. “Ha sido un desprecio a la Policía Municipal”.
La portavoz popular criticó especialmente el recuerdo a los agentes fallecidos en acto de servicio. En su opinión, se trató de un “desprecio para los policías honrados”. También lanzó sus dardos contra el hecho de que el concierto fuera celebrado en un recinto cerrado al que solo se accedía si se era invitado. Defendió que tenía que “haber sido abierto a todos los madrileños”.
Aguirre estuvo hasta que la cúpula policial hizo su homenaje a los caídos en el monolito instalado en la Ciudad de la Seguridad. Eso sí, por fuera de la valla y con mucho calor. Esperó a que terminara el himno nacional. Después se marchó indignada.
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