Un acusado de matar a su expareja y a su hijo: “No puedo más que arrepentirme”
La fiscalía pide 43 años de prisión para Miguel Ángel G., que reconoce el doble crimen
Miguel Ángel G., acusado de matar en 2013 a su expareja y al hijo de cinco años de ambos en Málaga, ha reconocido el doble crimen machista en el juicio que ha empezado contra él este lunes en la Audiencia Provincial. “No puedo más que arrepentirme desde lo más profundo”, ha dicho el procesado antes de pedir perdón a la familia de las víctimas y a la suya, todos residentes en el popular barrio de La Luz de la ciudad.
“El daño que he causado no lo puedo arreglar”, ha subrayado el acusado ante el jurado popular que enjuicia los hechos, después de admitir que su crimen dejó a dos familias “destrozadas”. “Les pido perdón”, ha insistido. Miguel Ángel G., con varios antecedentes, se enfrenta a una petición fiscal de 43 años de cárcel por nueve delitos: dos de asesinato ; uno de coacciones; otro de malos tratos habituales; cuatro delitos de lesiones; y otro de atentado a los agentes de la autoridad, por resistirse en el momento de su arresto.
El brutal suceso ocurrió la madrugada del 23 de septiembre de 2013. Habían pasado dos meses desde la ruptura de la pareja, que mantuvo una relación durante siete años. Esa noche, Miguel Ángel G. fue a casa de su exmujer, Estefanía T., de 26 años, discutió con ella y, en un descuido, la atacó con un arma blanca. Tras conseguir derribarla, la asfixió en el dormitorio. Todo esto lo hizo, según el relato de la fiscalía admitido por el acusado, siguiendo un “plan previamente preconcebido”.
El niño que ambos tenían en común fue sorprendido por su padre “con el mismo e inequívoco afán de acabar con su vida”. El menor empezó a gritar y a llorar tras presenciar el ataque a su madre, y el padre entonces lo asfixió. El acusado recostó a las dos víctimas en la cama y pasó la noche tumbado junto a ellas. Así lo encontró al día siguiente su exsuegro, quien entró en la casa por la ventana alertado por la falta de noticias de su hija. El abuelo materno, tras despertar al acusado, recibió varios golpes por parte de su exyerno, igual que la abuela materna, quien también había acudido a la vivienda.
Miguel Ángel G. huyó del escenario del doble crimen y fue interceptado por una patrulla de la Policía Local de Málaga una hora más tarde, cuando estaba parado en un control rutinario de la Guardia Civil en la ronda de circunvalación de la capital malagueña. Los agentes locales ya tenían la descripción del supuesto asesino y al pasar por este punto, lo identificaron. El acusado arremetió e hirió a los dos policías para evitar su detención.
La pareja tuvo durante su convivencia varios intentos de ruptura y reconciliaciones, una situación que el acusado, sobre todo en los meses finales de la relación, vivió con “ira”, además de con “miedos, inseguridades, hostilidades y provocaciones”. Cuando se rompió el matrimonio se agudizó el control y el acoso telefónico hacia Estefanía, según el ministerio público. Apenas 10 días antes del doble crimen machista, Miguel Ángel G. escribió varios WhatsApp a un amigo en los que decía que “estaba harto” y expresaba su intención de matar a su expareja.
La fiscalía reclamaba para el acusado 51 años de cárcel en su escrito de calificación provisional, aunque en la sala de juicios ha rebajado su petición a 43 años ante la conformidad expresada por Miguel Ángel G. Este reconocimiento de los hechos acortará previsiblemente la vista oral, que mañana martes podría quedar solo pendiente de veredicto por parte del jurado popular. Para los familiares de la víctima se solicita una indemnización de 400.000 euros.
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