Junqueras maniobra para ser “interlocutor directo” del Gobierno
El vicepresidente económico ya se ha reunido con los ministros Guindos y Montoro
Oriol Junqueras no quiere que las conversaciones con el Gobierno central sean solo cosa del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que todavía espera que Mariano Rajoy le llame por teléfono. El vicepresidente económico ha maniobrado con la Moncloa para establecer una “interlocución directa” con el Gobierno en funciones, según indican fuentes del Ejecutivo central. Éstas interpretan esos movimientos como una intención del republicano de tener contactos al margen de sus socios de Convergència, e incluso apuntan a la “desconfianza” entre los aliados de Junts pel Sí, extremo que en el entorno del republicano niegan tajantemente. Fuentes cercanas a Junqueras enmarcan la búsqueda de interlocutores a una obligación de su cargo en Economía.
La Generalitat entrega su plan de ajuste a Hacienda
La Generalitat entregó antes de las vacaciones de Semana Santa el plan de ajuste requerido por el Ministerio de Hacienda para acogerse de nuevo al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), con el que prevé pagar facturas por 7.520 millones de euros. El documento es una de las condiciones que ha puesto Cristóbal Montoro para reeditar este año las ayudas a las comunidades autónomas. Fuentes de Hacienda negaron que la elaboración del plan de ajuste suponga nuevos recortes para Cataluña y los limitó a cambios en las partidas de ingresos y de gastos, pese a las acusaciones vertidas ayer mismo en el Parlament por el diputado popular Xavier García Albiol. Según explicaron fuentes del ministerio, la mejora económica y los 7.000 millones de euros adicionales del sistema de financiación de 2014 serán suficientes para cuadrar el plan de ajuste requerido a Cataluña.
El republicano ha buscado la interlocución directa con la Moncloa a través de cargos del Gobierno en funciones con quienes ha coincidido en actos públicos, a los que ha conminado a hacer llegar un mensaje a los altos mandos del Ejecutivo: Junqueras es un interlocutor válido y está dispuesto a entablar diálogo con el Gobierno central.
La Generalitat ha subrayado en público su intención de dialogar más allá del proceso soberanista. El Gobierno de Artur Mas dio buena cuenta de ello en la anterior legislatura: mientras el diálogo entre presidentes fue prácticamente nulo a partir de 2014, otros consejeros lograron entablar buena relación con los ministros de su ramo: el caso más claro fue el del anterior consejero de Territorio, Santi Vila, que hizo buenas migas con la titular de Fomento, Ana Pastor, para avanzar en infraestructuras. El actual titular de Cultura llegó a ser puesto como ejemplo por Artur Mas de cómo debían de ser las relaciones de los consejeros catalanes con sus homólogos del Gobierno central.
Esta suerte de diálogo parcial sirve para Convergència, pero el Gobierno tiene más reservas con ERC, a quién siempre ven más radical que el partido de Artur Mas, con el que tradicionalmente han llegado a más acuerdos. El líder republicano busca disipar las dudas y presentarse como un interlocutor válido con el Gobierno.
Los primeros frutos de la interlocución que busca Junqueras son las reuniones con los responsables de sus áreas de control, economía y finanzas. Así explica el entorno de Junqueras las reuniones que el vicepresidente económico ha mantenido con el ministro de Economía, Luis de Guindos, celebrada en el aeropuerto de Barcelona, y con el de Hacienda, Cristóbal Montoro, el pasado el 8 de marzo. En aquella ocasión, Junqueras reclamó una solución para evitar impagos mediante el adelanto de los recursos pendientes que el Estado ha de traspasar a la Generalitat en virtud de la liquidación del sistema de financiación de 2014 y logró que Guindos le garantizara que defendería la calificación de la deuda catalana antes las instituciones europeas.
Fuentes del Gobierno enmarcan estos contactos en la voluntad de Junqueras de buscar perfil propio de ERC dentro de Junts pel Sí. Incluso afirman que la intención del republicano es poder dialogar directamente con Mariano Rajoy, aunque ocupe la presidencia del Gobierno de forma interina.
El entorno del republicano lo niega. Fuentes de ERC insisten en remarcar que cualquier conversación de Junqueras con el Gobierno estará circunscrita a su área de Gobierno y será compartida con el resto del Ejecutivo. La relación con Puigdemont, subrayan estas mismas fuentes, es buena, y recalcan que el republicano no hará ningún movimiento en Madrid a espaldas del presidente catalán.
La búsqueda de interlocutores subraya la actuación que Junqueras ha llevado a cabo en su Departamento desde que lo asumió, en enero. El republicano, con la mente fijada en la hoja de ruta independentista, ha iniciado su gestión intentando aprovechar los márgenes que le ofrece la autonomía para solucionar la maltrecha situación de tesorería de la Generalitat y ampliar el margen político de su Departamento. Más allá de sus contactos con Moncloa para lograr liquidez para la Generalitat, el vicepresidente catalán también ha explorado sus competencias para desarrollar la Agencia Tributaria de Cataluña: el anterior Gobierno de Artur Mas pretendía instaurar una hacienda propia sin tener totalmente desarrolladas las políticas que le permitía el Estatuto de Autonomía.
Ese cambio de estrategia ha hecho que, con la llegada de Junqueras, Jordi Boixareu haya asumido el desarrollo de la Agencia Tributaria, con el objetivo de poner en marcha un modelo mucho más práctico y no tan teórico de la Hacienda catalana, una de las futuras estructuras de Estado para Junts pel Sí.
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