Crece la presión sobre Mas para que deje de hacer concesiones a la CUP

Último intento de Convergència Democràtica para conseguir que los anticapitalistas de la CUP apoyen la investidura de Artur Mas y evitar que el presidente en funciones haga nuevas concesiones a su programa de extrema izquierda. Francesc Homs, hasta ayer mano derecha de Mas en el Gobierno catalán, aseguró que habrá adelanto electoral en Cataluña si la CUP, aunque apoye la investidura, no se compromete a dar “estabilidad” parlamentaria alejándose de su discurso más radical. Se sumó así al consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, quien llamó directamente a “no aceptar” las condiciones de la CUP.

El partido de Mas ha decidido pasar al ataque después de semanas intentando no molestar a la CUP, cuyos 10 diputados decidirán si el actual presidente en funciones de la Generalitat puede o no continuar en el cargo. La estrategia de Convergència es criticar a la CUP y, de paso, reivindicar sus valores tradicionales para evitar concurrir a las elecciones del 20 de diciembre con un discurso desdibujado y excesivamente escorado hacia posiciones radicales. El temor de algunos de sus dirigentes, con Francesc Homs, Andreu Mas-Colell y Felip Puig en cabeza, es que se hagan excesivas concesiones a los anticapitalistas.

Homs, que ayer dejó de ser consejero de Presidencia para dedicarse a tiempo completo a su candidatura para el 20-D, tomó las riendas de la campaña de presión a la CUP. De entrada, acusó a la formación anticapitalista de haberse puesto “al lado del PP y de Ciudadanos” al haber impedido por dos veces la investidura de Mas. Añadió que la negativa de la CUP al líder de Convergència supone en la práctica “dejar en suspenso” la declaración secesionista aprobada la semana pasada por el Parlament. Además, pidió a la formación que capitanea Antonio Baños una “rectificación en toda regla” si no quiere elecciones.

La rectificación que pide Homs se compone de cuatro puntos que en la práctica pueden suponer dar marcha atrás en la declaración secesionista. Homs pidió al a CUP que permita formar “un Gobierno fuerte y estable con garantía de estabilidad parlamentaria”, asegurar la “seguridad jurídica” para todos los empleados públicos, un “compromiso inequívoco con los valores occidentales y particularmente europeos” y un “compromiso explícito de voluntad de diálogo y pacto con el Estado español y las instituciones europeas”.

Un mensaje tradicional

Homs validó también las críticas vertidas por Mas-Colell, consejero que rechaza nuevas concesiones a la CUP y que es partidario de repetir las elecciones antes que desnaturalizar más el mensaje tradicional de Convergència. La CUP no ha dado ninguna señal de querer ir por esta vía. Tampoco ayer. Los anticapitalistas se reunieron anoche para analizar la nueva situación. Antes, criticaron el posicionamiento de Convergència en las redes sociales. “Crear ruido no ayuda”, dijeron a través de Twitter. “Las elecciones anticipadas nunca serán nuestra opción”, insistieron.

El cambio de actitud de Convergència y sus llamadas a la moderación han sorprendido incluso a sus excompañeros de federación. Ramon Espadaler, de Unió, aseguró: “Para esto no hacía falta entregarse a Esquerra Republicana y romper con Unió”.