Cuatro años de cárcel para Pedro Pacheco por enchufar a dos compañeros de partido

La Audiencia de Cádiz ha condenado al histórico dirigente andalucista Pedro Pacheco a cuatro años y medio de prisión y a ocho de inhabilitación por colocar de manera irregular a dos compañeros del partido como asesores en sociedades municipales del Ayuntamiento de Jerez entre 2005 y 2007.

El tribunal, en una resolución de 39 páginas, sostiene que el exalcalde jerezano y actual concejal de la oposición en el Ayuntamiento por Foro Ciudadano cometió un delito continuado de prevaricación y un segundo de malversación al fichar a estos cargos de confianza “a sabiendas de que infringía la ley”.

Los magistrados afirman que el dirigente andalucista sabía que incumplía la ley

Para los magistrados de la Audiencia, “no hay duda” de que Pacheco contrató a José López y Manuel Cobacho en Speed Festival y la Empresa Municipal de Suelo (Emusujesa) al margen del pleno municipal, “único órgano competente para posibilitar el nombramiento de personal eventual de confianza”. La sentencia añade otras irregularidades: los fichajes se hicieron “sin publicidad ni concurrencia, sin publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia, y sin dar cuenta a los consejos de administración de las empresas en las que fueron contratados”. Tras la exposición de hechos, los jueces concluyen que el único objeto de los contratos fue “obtener sueldos o beneficios económicos del erario público de forma arbitraria”. “Se ha querido burlar la ley”, afirma el tribunal.

La Audiencia sí reconoce que Pacheco podía contratar asesores en virtud del acuerdo de gobierno sellado con el PSOE el 31 de enero de 2005, pero no de espaldas al pleno y las empresas públicas. Al inicio del pacto, PSOE y PSA, el entonces partido de Pacheco, acordaron que cada uno tendría una serie de cargos de confianza. Cubierto ese cupo, Pacheco aumentó la nómina de asesores saltándose los procedimientos.

La sentencia también añade que López y Cobacho percibieran entre 2005 y 2007 más de 200.000 euros “sin que haya quedado acreditado que se realizara servicio alguno para las empresas que los contrató”. Este aspecto se abordó de manera casi permanente a lo largo de las cinco jornadas de juicio, toda vez que los dos asesores reconocieron en la vista que su labor se centraba en un asesoramiento político verbal a Pacheco sin que exista informe escrito alguno que demuestre el trabajo. En la sentencia, los jueces destacan que una de las dos contratos municipales que tuvo López fue verbal y que Cobacho acudió a trabajar al área de Urbanismo en contadísimas ocasiones.

No voy a ser el chivo expiatorio de la justicia de este país

Pedro Pacheco

Pacheco, que recurrirá al Tribunal Supremo, ha valorado la sentencia dos horas después de hacerse pública. “Es un disparate y una barbaridad sin precedentes”, afirma el concejal, que admite que pudo haber “un error administrativo”, pero “jamás un acto punible por el Código Penal”.

Ha querido aparentar serenidad, pero la sentencia había caído a plomo. Ni él ni su entorno esperaba una pena de cárcel. “No voy a ser el chivo expiatorio de los casos de actualidad que hay en este país. Es curioso que en España para algunos sea necesario demostrar la inocencia mientras que a otros y otras las desimputan [en clara referencia a la infanta Cristina]. Quieren cargar sobre las espaldas de Pacheco todos los casos que son actualidad en este país. Soy, al parecer, Bárcenas, Gürtel, Matas, Urdangarín", afirma el andalucista en el arranque de su comparecencia.

Pacheco ha insistido en defender la “legalidad de los contratos”. “Yo estaba facultado por el pacto político y como vicepresidente ejecutivo de las empresas municipales”, arguye. El veterano político ha afirmado tener “la conciencia limpia” por haber obrado “con total legalidad”. El edil ha descartado dimitir, aunque puso su cargo a disposición de Foro Ciudadano, la formación que él mismo lidera. “Subyace un deseo de acabar con Pacheco política y personalmente, pero van a necesitar mucho más que esto para borrarme del mapa”, concluye tras beber un buen sorbo de agua.