La subida de tasas no se puede cargar a los billetes de avión ya comprados
Hacienda comunica a Ryanair que el alza es vigente solo a partir de su aprobación
El aumento de tasas aeroportuarias ha dejado a las compañías aéreas temblando. No solo temen las repercusiones de encarecer billetes en plena crisis; les acongoja más tener que aplicar esas tasas con carácter retroactivo. Esto es, a billetes para vuelos que operarán tras la aprobación de los presupuestos y que ya han vendido. Ryanair recibió hace algunas semanas una buena noticia de la Secretaría de Estado de Hacienda, que indicó que la aplicación de las nuevas alzas deberá limitarse a los billetes vendidos un día después de la publicación en el BOE de los Presupuestos Generales del Estado de 2012 aprobados. La única duda que suscita el texto es que no es tajante y habla de “nuestro parecer”.
Según la misiva remitida por el director de gabinete de la Secretaría, José María Buenaventura, con fecha de 3 de mayo, “los nuevos importes de las prestaciones patrimoniales de carácter público aeroportuarias no serán de aplicación respecto de los billetes que hayan sido vendidos con anterioridad a la publicación de la ley”. Ese mandato, sigue la carta, ya está “previsto en la disposición final vigésima segunda del citado proyecto”, con lo que quedarían disipados las dudas y los temores de las aerolíneas, en las que se ha instalado una enorme incertidumbre.
Algunas aerolíneas, como Ryanair y Vueling, ya han remitido correos electrónicos a sus clientes para advertirles de que se reservan el derecho de aplicar los incrementos, que oscilan según el tipo de pasajeros y de aeropuertos, y pueden alcanzar los 10 euros por billete en los aeropuertos de Barcelona y Madrid. El encarecimiento medio por billete será de cinco euros.
Una sentencia
Los operadores creen que el alza de tasas podría entrar en vigor en julio, cuando se hayan aprobado finalmente los Presupuestos Generales de 2012, en pleno verano. Las aerolíneas se preparan para lo peor, pero sueñan con librarse de la obligación de tener que demandar a sus clientes que paguen más dinero por sus billetes, para cubrir el aumento de tasas. La operación sería compleja y temen el enfado de sus clientes, cuando no su oposición.
La compañía irlandesa se niega a hablar sobre la carta. “Ryanair no hace comentarios sobre rumores o especulaciones”, respondió a este diario el pasado viernes a través de un correo electrónico. La compañía ha trasladado la carta de Hacienda al gestor de los aeropuertos, AENA, para que lo tenga en cuenta a la hora de aplicar esa retroactividad que espanta a las compañías y que, en su caso, asegura que afectaría a 2,2 millones de billetes que ha vendido de vuelos que se efectuarán después de junio.
De hecho, en paralelo, una sentencia judicial prohibía a Vueling la posibilidad de modificar el precio del billete una vez vendido.
La reacción de las aerolíneas al incremento de tasas se ha producido en bloque. Todas las consideran “desproporcionadas” y han acusado al Gobierno de no ayudar ni al sector turístico —el único que hasta la fecha se libra de la crisis— ni al aéreo, que no puede levantar cabeza a causa del gran encarecimiento del crudo. Incluso el presidente de AENA, José Manuel Vargas, ha admitido que el incremento es “inoportuno”, pero “imprescindible” porque el alza ya se tendría haber decidido con anterioridad.
Según los presupuestos aprobados, la tarifa para vuelos en el espacio económico europeo pasa de 6,95 a 14,44 euros por pasajero en Madrid y de 6,12 a 13,44 euros en Barcelona. Fuera de este espacio, el coste por pasajero aumenta de 0,43 a 20,44 euros en Barajas y de 9,18 a 16,44 euros en El Prat. En el resto, la subida de las tasas solo actualiza la inflación, salvo en lo que se refiere a las de seguridad, que crecen un 66% de forma general, y las de inspección y control de equipajes, que se triplican.
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