Los contenidos solo se mantienen si los actualizamos de forma continuada con la experiencia. Dar más o menos conocimientos en la educación obligatoria es un debate absurdo: los que no se practiquen posteriormente, se olvidarán.
La distorsión ideológica omite la relevancia de las políticas sociales y redistributivas, haciendo creer que la solución vendrá con leyes, didáctica y mercado