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España y 11 países de la UE pondrán en común sus historias clínicas

La tarjeta digital mejorará la seguridad e información sanitaria de los cuidadanos

María R. Sahuquillo

Pedro M. G. viaja mucho. Trabaja de comercial en una compañía. Su salud es buena, pero más de una vez ha tenido que ir al médico fuera de su comunidad autónoma. También fuera de España. Cada vez que esto ocurre, se enfrenta a las mismas preguntas: ¿qué alergias tiene? ¿qué medicamentos toma? ¿padece alguna enfermedad? El médico le abre un nuevo historial médico y sanseacabó. Así, tiene esparcidos varios expedientes clínicos dispersos por toda la geografía española y algún que otro país de Europa. España ha firmado con 11 Estados miembros un proyecto para que esa dispersión termine. Un protocolo que permitirá que el médico que atienda a este comercial -en España o en uno de esos países- pueda acceder a una base de datos y consultar y completar su historia clínica en formato digital y en su propio idioma.

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El plan, que deberá estar funcionando plenamente en 2015 y que se suma a una propuesta de directiva europea sobre movilidad, es un paso más hacia la libre circulación de pacientes en la Unión. De momento, sólo Austria, Suecia, República Checa, Alemania, Dinamarca, Francia, Grecia, Italia, Holanda, Eslovaquia y Reino Unido, además de España, formarán parte del proyecto que contará con una financiación inicial de más de 22 millones de euros durante los tres primeros años. España, a pesar de que es uno de los países con un sistema de digitalización de archivos médicos más desarrollados de la UE, tendrá que dar un gran impulso para lograr llegar a tiempo al plazo.

Actualmente, el 80% de las historias clínicas que están los centros de atención primaria son digitales, según el Ministerio de Sanidad. La asignatura pendiente es generalizarla en los hospitales.

El proyecto europeo -Smart Open Services (SOS)- tendrá que lidiar con muchas dificultades técnicas que España ya conoce: la diferencia de idiomas, la variedad de sistemas informáticos y las leyes de privacidad de datos. "El modelo español de división de competencias puede servir como un buen ejemplo", sostiene el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria. De hecho, será a partir de octubre cuando empiece a funcionar en España un proyecto piloto en el que ocho comunidades -Cataluña, Castilla y León, Cantabria, Andalucía, Murcia, Valencia, Baleares, La Rioja- intercambien datos de historias clínicas a través de la red de comunicaciones del Ministerio de Sanidad.

Ese nodo o conjunto de macroordenadores centrales (que ya funciona, pero no para el intercambio de historias clínicas) será el encargado de que se pueda buscar, encontrar y consultar esa información, a pesar de que cada comunidad la tenga almacenada en un formato digital diferente. Lo mismo que se pretende hacer entre los 12 países que participan en el proyecto. Así, con la tarjeta sanitaria electrónica que existe en España -un formato que tendrán que adoptar otros países- se podrán consultar esos datos, independientemente del sistema informático en el que se hayan almacenado.

Para acceder a esa información, el médico también deberá tener un certificado digital reconocido -el del paciente será la tarjeta sanitaria electrónica- que le permita consultar las historias. "Y será el ciudadano, en el momento, quien tendrá que dar permiso para ese acceso. Salvo en caso de accidente o de urgencia vital", explica Juan Fernando Muñoz, subdirector adjunto de Tecnologías de Información de Sanidad y Consumo.

El acceso a información médica está regulado por la Ley de Protección de Datos. Por eso, el sistema de intercambio y consulta deberá cumplir requisitos muy estrictos: toda la información deberá ir cifrada, y cada acceso a un historial quedará reflejado.

Los profesionales sanitarios podrán además acceder a los datos esenciales de un paciente en su propia lengua. ¿Cómo podrá hacerse? "La información irá codificada basándose en unos estándares comunes; para ello España ya se ha incorporado a la Asociación para la Estandarización de la Terminología Clínica", matiza Pablo Rivero, director de la Agencia de Calidad del Ministerio de Sanidad. Así, el médico, al introducir en la base de datos el identificador del paciente, encontrará sus datos en su propio idioma.

Queda decidir qué datos contendrán esas historias clínicas. Uno de los puntos que los 12 países miembros del proyecto tienen que decidir aún. Para eso se ha creado un grupo de trabajo liderado por España. "Contendrán datos básicos y resumidos. Como las enfermedades crónicas, las alergias, los medicamentos que se están tomando...", dice Bernat Soria. Sin embargo, será el propio paciente quien decidirá si quiere que sus datos aparezcan en esa historia clínica resumida. "Una persona tiene también derecho a que ciertas cosas no aparezcan en ese documento", dice Rivero. El proyecto SOS pretende también que la llamada receta electrónica funcione en los 12 países miembros del proyecto. Ésta permite el acceso electrónico -con la tarjeta sanitaria- a las órdenes de prescripción de medicamentos. Con este sistema, que aún se está implantando en España y que no funciona todavía en todas las comunidades, se podría solucionar la situación de un paciente que quiere comprar un fármaco en otro país. También permitirá a las farmacias dispensar recetas expedidas por otros países miembros del proyecto. "El programa fomenta la eficiencia en la prescripción, en los tratamientos, y reduce enormemente el gasto", argumenta Soria.

La telemedicina se practica ya en decenas de centros sanitarios de comunidades como Andalucía.
La telemedicina se practica ya en decenas de centros sanitarios de comunidades como Andalucía.JOSÉ MANUEL PEDROSA

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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