El retratista de la Crisis
Emma lo imaginó, Màriam le puso cuerpo e Internet lo apadrinó. Ese es el arco biográfico de Apolo, el nuevo personaje de cómic concebido en medio del ruido político en España hace tres años y gestado durante la depresión económica mundial. Hijo de la incertidumbre y la decepción, su misión es llamar a las cosas con todas sus letras y tildes, y para eso nadie mejor que un niño. Su carta bautismal es Politik (Roca Editorial), cuyas raíces inspiradoras son la mitología y la democracia de la Grecia clásica.
No es el primer personaje de cómic que surge de una crisis. Superman asomó de la larga sombra del crash de 1929 en Estados Unidos, y Tin Tin, en la Bélgica de entreguerras. Incluso, Mafalda apareció en la delicada situación económica, política y social de la América Latina de los años sesenta. Una estirpe a la que aspira pertenecer este chavalín de seis años, melena negra, ojos expresivos e ingenuidad verbal, que sirve para poner ante los ojos la realidad con un sentido del humor a veces cruel, pero necesario.
Hijo de la decepción y la incertidumbre, la misión de Apolo es llamar a las cosas con todas sus letras, y para eso nadie mejor que un niño
Con la inocencia de Apolo, la realidad se hace más cruel para el lector
Apolo salió de la cabeza de Emma Reverter, periodista y escritora catalana que se fue a vivir a Nueva York en enero de 2002, desde donde contemplaba incrédula la vida política española y el enfrentamiento de los dos partidos principales. Hace tres años escribió un guión en el cual primaba una sociedad que resolvía algunas de las plagas de la convivencia básica: la falta de acceso a la vivienda, el mileurismo y la pobreza extrema.
El guión se encontraba listo, el carácter del personaje casi formado, y su nombre lo tenía claro: Apolo. Respondía al espíritu del dios griego de la política, representante de la armonía y la razón y con dominio sobre la luz, las plagas, los colonos y defensor de los rebaños. Solo que este Apolo lo veremos en su infancia más terrenal y contemporánea, en ese niño cuya inocencia ve el lado positivo de la vida, con lo cual la realidad se hace más cruel para quien lee el cómic.
Pero faltaba un Prometeo que le diera cuerpo. Emma Reverter empezó a explorar en el ciberespacio hasta que vio las ilustraciones de Màriam Ben-Arab. Luego san Google dio con su paradero. Un mes después, Reverter le contaba a la artista, en la cafetería Laie de Barcelona, su interés por que fuera ella quien dibujara a su personaje. "Yo ilustro libros infantiles", fue más o menos su respuesta. No estaba segura de poder sacar adelante un cómic entero. Emma volvió a Nueva York. La respuesta tardó varios meses, pero al final fue la esperada.
A partir de ahí Internet se convirtió en el padrino de Apolo. El diálogo, a través de correos y Skype, terminó de concebir a este pequeño antihéroe de comienzos del siglo XXI que hace las veces del niño de la fábula de Andersen que grita en el desfile que el rey está desnudo.
Un personaje que desciende de un imaginario potente. Su abuelo repara relojes, en clara referencia al abuelo mitológico de Apolo, llamado Cronos, personificación del tiempo; y su aspecto surge de la fusión del titán griego, de Albert Einstein y de David Kellly, el actor que representa al abuelo de la película Charlie y la fábrica de chocolate. En cuanto a la abuela, se llama Rea, sabia y protectora, al igual que las titánides, y como dice su nieto de cómic: "Es el oráculo de la familia", y dibujada a los ojos de todos como una mujer moderna y culta. Son los tres personajes principales.
Una obra en la que Emma da ideas sobre el dibujo y Màriam sobre el texto. Han aprendido que una frase tiene una traducción en imagen diferente en cada persona porque las experiencias son distintas. Aunque en un 90% de los casos sus imaginarios coinciden, al haber crecido ambas en Barcelona y tener referencias similares. Al igual que tiene puntos en común la sociedad a la que va dirigido el cómic: un horizonte gris de tormenta seca, centellas y ruido, pero poca lluvia.
'Politik', publicado por Roca Editorial, sale a la venta el 11 de octubre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.