Edificios llenos de sensualidad
Empecé a fotografiar edificios y puentes para entender la arquitectura. Muchas veces se comprende muchísimo más la obra de alguien a través de las imágenes que estando en los lugares in situ", explica un feliz Héctor Guerra Hernández, de 35 años, diseñador de arquitectura e ingeniero de estructuras, y ganador del Premio Historias Instituto Cervantes, englobado dentro del Concurso Internacional de Fotografía Universo en Español de El País Semanal, gracias a su serie Entre nubes. Sus fotografías las realizó a lo largo de dos años en su ciudad, Las Palmas de Gran Canaria, y en distintos viajes por la Península: Madrid, Barcelona, Bilbao... Imágenes captadas con paciencia, como él detalla: "No hay Photoshop, sino que son fotografías de larga exposición, de hasta 400 y 500 segundos". Por eso las nubes parecen manchas difuminadas.
"En la fotografía y en la arquitectura, siempre busco la luz y también el espacio, que es para mí el lujo del siglo XXI"
El trabajo de Héctor Guerra es el primero de los tres que publicaremos durante el mes de diciembre. El día 18 se conocerá al vencedor del Premio Retrato Solo Loewe, y el 31 se sabrá quién se lleva el Premio de los Lectores de El País Semanal. En total han participado 5.000 personas, que han enviado más de 40.000 imágenes. El departamento de fotografía de El País Semanal preseleccionó los 20 trabajos finalistas para la categoría de Historias y otros tantos para Retrato. Los ganadores del concurso en estas dos categorías se decidieron, a finales de noviembre, por un jurado presidido por Borja Villel, director del Museo Reina Sofía, y compuesto además por la directora de cultura del Instituto Cervantes, Juana Escudero; por el presidente de Loewe, Juan Pedro Abeniacar, y por los fotógrafos Jordi Socías, Marisa Flórez e Isabel Muñoz. Esta última justifica así el premio que hoy publicamos: "Me interesaron las imágenes de Héctor Guerra porque dentro de ser fotografías de arquitectura no me resultaron frías, sino sensuales. En todas se insinúan formas masculinas y femeninas. Me parece una elección valiente por parte del jurado".
"La arquitectura es estática, se hace para durar en el tiempo. A mí me interesa resaltar esa estaticidad, pero también el paso del tiempo. De ahí que necesite tanto a las nubes. Porque cuanto más se mueve el cielo, más quieto parece algo, realzando los objetos", explica el ganador. En su trabajo como ingeniero y también como fotógrafo, Héctor Guerra apuesta por el minimalismo. De ahí el blanco y negro, y de ahí el juego con los grandes espacios y la luz que plasman las imágenes ganadoras.
Los motivos de la fotografía de Héctor Guerra son edificios o puentes de famosos arquitectos, aunque últimamente, dice, ha empezado a inmortalizar todo tipo de estructuras, tengan o no a una gran personalidad detrás de su diseño. En las imágenes ganadoras aparecen obras reconocidas de Philip Johnson y John Burgee, de Toyo Ito, de Tadao Ando, de Santiago Calatrava o de Arata Isozaki. Muchos japoneses, como se ve. Y es que para él los arquitectos nipones son una referencia: "Mi sueño es fotografiar toda la obra de Tadao Ando en el mundo. Para mí, él representa la expresión máxima de lo que yo defiendo en la arquitectura, el minimalismo".
"Siempre busco el espacio y la luz. Mis imágenes son una abstracción de la realidad. No busco fotos informativas como puede haber en un periódico. Busco reducirlo todo a la esencia de lo que quiero que transmita una imagen, siempre desde un punto de vista muy determinado. En la arquitectura es parecido. Para mí, el minimalismo no es reducir sin más, sino reducir a lo esencial. Y a veces hay que quitar, pero a veces hay que poner". Una filosofía que resume: "Para mí, el lujo del siglo XXI es el espacio".
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