Fallo de los tornillos por fatiga
Un informe de Metro afirma que la avería en un tren el 8 de marzo la causó el desgaste de la sujeción del motor
Fatiga de los tornillos. Ésta es la primera explicación que ofrecieron los técnicos a la Consejería de Transportes sobre la avería en un tren de la línea 5 de metro ocurrida el pasado 8 de marzo, que causó 12 heridos. El informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, resume la "inspección visual" que hizo Metro de Madrid junto con Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), Bombardier y Siemens, constructoras de los trenes 2.000, afirma que la avería fue por "fallo" de los tornillos que sujetan las carcasas sobre los motores de uno de los coches. De ocho tornillos que debía llevar, faltaban tres, "que han podido desenroscarse a lo largo del tiempo". Eso provocó que el resto sufriera una tensión superior en un 37% a la prevista y que del sobreesfuerzo presentaran "fatiga".
La inspección visual del coche 2.790 de la línea 5 (perteneciente a la clase 2000, que tiene entre 15 y 20 años de antiguedad, según los sindicatos) fue realizada en el depósito de Aluche el pasado 10 de marzo, dos días después del descarrilamiento. El texto está fechado el 14 de marzo.
Una portavoz de la Consejería de Transportes explicó ayer que es sólo un informe preliminar, porque los tornillos fueron enviados a un laboratorio independiente, que todavía no ha enviado sus conclusiones.
La paradoja es que la "posible manipulación" que denunció la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, un día después de la avería, el 9 de marzo, ni siquiera contaba con el análisis de las empresas, que se produjo un día después. Por este accidente la Consejería aún no ha presentado denuncia y, por tanto, no ha sido objeto de investigación policial ni forma parte de las conclusiones de la Jefatura Superior de Policía de 6 de marzo sobre las 13 denuncias de sabotaje presentadas por la Comunidad.
El informe de las constructoras de los trenes se detiene en los huecos que dejaron los tres tornillos que faltaban. Y sostiene que pudieron haberse desenroscado "a lo largo del tiempo y por cualquier circunstancia". A lo que agrega: "Es razonable suponer que la unión en esos tres puntos o no ha tenido el par de apriete adecuado o ha sufrido la pérdida de la cabeza del tornillo. Esto equivaldría a que el resto de tornillos hayan tenido que soportar una tensión de un 37% superior a la prevista".
Y explica que los tornillos que sí quedaron sujetos, "presentan signos de progresión de grietas por fatiga", según el informe. Sus huecos tienen "deformaciones y ovalamientos". Los técnicos remiten a un posterior análisis en "laboratorio metalúrgico" para precisar "el tipo de esfuerzos al que han sido sometidos" los tornillos.
Precisamente la ausencia de tres tornillos hizo pensar a la consejería que pudo haber sabotaje, según su portavoz. "O se soltaron muy rápido, porque el tren se revisó el 20 de febrero [17 días antes], o no existían", señaló, aludiendo a la posibilidad de que alguien los hubiera retirado. "Si fuera por el uso, entonces los agujeros tendrían daños", concluyó.
La teoría de los tornillos fatigados es la que han esgrimido los sindicatos, UGT y CC OO, para explicar el accidente del pasado 8 de marzo. Argumentan que el desgaste normal por la tracción del motor provoca que los tornillos se desenrosquen y, si no se aprietan, pueden llegar a caerse. Pese a que la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, justificó hace una semana la "posible manipulación" en el hecho de que los tornillos presentaran fracturas, los sindicatos se han opuesto a esta acusación. "Por la fatiga, es normal que se partan los tornillos. Al aflojarse con el uso, se parten por donde estaba la tuerca, que deja una mella en el tornillo", explicó Teodoro Piñuela, secretario de UGT-Metro.
"Estos tornillos nunca se cambian en las revisiones, por lo que permanecen durante años sin sustituirse. Ahora la empresa ha dado la orden para la revisión de los motores de los trenes 2.000 y se han detectado (en otros dos motores) tornillos rotos, por lo que han determinado sustituir todos", afirmó en un comunicado Solidaridad Obrera.
Sobre estas revisiones, la portavoz de Transportes explicó que la consejera ordenó tras la avería que fueran inspeccionados los motores de todos los trenes 2.000. "Hay 1.400 motores y nos quedan 55 por revisar. Hasta ahora sólo hemos encontrado uno que tenga un tornillo fracturado, pero los demás de la carcasa estaban bien", recalcó.
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