Un tribunal ruso condena a nueve años de prisión a Jodorkovski
La sentencia culpa al magnate de la petrolera Yukos de nueve delitos
El magnate Mijaíl Jodorkovski, que al frente de la petrolera Yukos llegó a ser el hombre más rico de Rusia y fue percibido como un desafío para el Kremlin, fue condenado ayer a nueve años de reclusión por un tribunal de Moscú, que le declaró culpable de nueve delitos, desde estafa a evasión fiscal. La sentencia, considerada muy dura, satisfizo a la Fiscalía del Estado, que pedía 10 años y prepara nuevos cargos para Jodorkovski.
El tribunal condenó también a nueve años a Platón Lébedev, ex director del grupo financiero Menatep, y a cinco años en régimen de libertad condicional a Andréi Krainov, un tercer acusado, que, a diferencia de los dos anteriores, comparecía como hombre libre y no custodiado y esposado.
Confinados en el interior de una jaula, Jodorkovski y Lébedev se sentaron en el banquillo desde mediados de junio de 2004 y fueron juzgados por un tribunal de tres jueces, dirigido por la magistrada Irina Kolésnikova. A partir del 16 de mayo, pasaron a escuchar la tediosa lectura de la sentencia que se prolongó hasta ayer. El tribunal examinó las actividades de Jodorkovski y Lébedev desde la compra de un 20% de las acciones de la empresa de fosfatos Apatit, en la península de Kola en 1994, y otros episodios relacionados con Menatep y la red de sociedades domiciliadas en paraísos fiscales, que actuaron en torno a esta compañía con la que el magnate realizó su primera acumulación de capital.
Jodorkovski, de 41 años, fue declarado culpable de doble estafa por incumplir decisiones de tribunales de arbitraje. Asimismo, se le declaró culpable de apropiación indebida, y de haber dirigido una banda delictiva que organizó diversos mecanismos de evasión de impuestos, en parte mediante letras de cambio. También se le condenó por haber robado al Estado el 44% de las acciones de un instituto de investigación en Moscú. La sentencia establece que en 1999 y 2000, Jodorkovski retiró más de 2.649 millones de rublos (94 millones de dólares) de las cuentas de Yukos y los transfirió a una compañía controlada por Vladímir Gusinski, uno de los magnates de la época de Borís Yeltsin, hoy exiliado. Los delitos que se le atribuyeron a Jodorkovski ocurrieron en los noventa y también en esta década. El magnate no fue castigado por el más antiguo de ellos, la compra de un 20% de Apatit en 1994, por haber prescrito.
A la pregunta de si había entendido los delitos que se le imputaban y la pena impuesta, Jodorkovski contestó que la sentencia "es un monumento al juzgado del distrito de Basmann", expresión de argot político que puede traducirse como "es un monumento a la arbitrariedad judicial". A la misma pregunta, Platón Lébedev respondió que "nadie en su sano juicio" podía entender la sentencia, en vista de lo cual la juez volvió a leérsela.
Impuestos impagados
El tribunal autorizó además, al fisco a requisarle a Jodorkovski y Lébedev la cantidad de 17.000 millones de rublos (490 millones de euros) en concepto de impuestos impagados. Esto parece indicar que Jodorkovski se quedará probablemente sin las propiedades que pueda tener a su nombre en Rusia.
El empresario piensa recurrir, según un comunicado leído en su nombre por los abogados. Por otra parte, como confirmó ayer la portavoz de la Fiscalía del Estado, Natalia Vishniakova, esta entidad prepara nuevas acusaciones relacionadas con el blanqueo de miles de millones de rublos.
El previsible recurso de la defensa y la eventualidad de un nuevo juicio pueden demorar el traslado de Jodorkovski y Lébedev al establecimiento penitenciario donde deberán cumplir la condena, una "colonia de régimen ordinario", que es el equivalente moderno del lager (los campos de prisioneros soviéticos). En este tipo de instituciones, escasas en los alrededores de Moscú, cumplen condena el 90% de los presos rusos.
Las reacciones de los defensores de derechos humanos y los representantes de los partidos liberales fueron de condena. De repulsa fue también la reacción del dirigente del partido comunista, Guennadi Ziugánov, según el cual en Rusia las sentencias suelen ser "ajustes de cuentas con los personajes incómodos". En opinión del ex jefe del Gobierno ruso Mijaíl Kasiánov la decisión judicial evidencia la "necesidad vital" de que la oposición se una. "Todos vamos a pagar por el nuevo reparto de la propiedad privada que se esconde tras el caso Jodorkovski", señaló.
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