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La protesta de los estudiantes eleva la tensión en Italia

Berlusconi afirma que no tolerará las ocupaciones de colegios y universidades

Decenas de miles de estudiantes y profesores salieron ayer otra vez a la calle en toda Italia para protestar contra la reforma educativa del Gobierno de Silvio Berlusconi. Colegios y universidades fueron pacíficamente ocupados por los alumnos, para exigir la inmediata retirada del decreto elaborado por la ministra Mariastella Gelmini. Según afirman los sindicatos, tras la actuación del Gobierno "se esconde un plan para desmantelar la educación pública".

Berlusconi compareció a mediodía junto a Gelmini en conferencia de prensa y utilizó tonos durísimos. Acusó a los manifestantes de pertenecer a la "extrema izquierda", señaló que "basan sus ataques en mentiras y falsedades", y dijo que intentan desplazar la oposición del Parlamento a la calle. Luego, advirtió: "No toleraremos más ocupaciones, no son una expresión democrática sino una forma de violencia".

El primer ministro contó que había convocado de urgencia al ministro del Interior, Roberto Maroni, para indicarle "cómo tiene que actuar la policía". Según los sindicatos, Berlusconi "se ha puesto el casco en la cabeza y ha optado por el camino de la represión en vez de por el diálogo".

El secretario general del Partido Demócrata, Walter Veltroni, acusó al primer ministro de "avivar el fuego" de las protestas con sus palabras, y afirmó que "quejas tan amplias y extendidas" como las que está viviendo el país deberían conducir a "retirar el decreto Gelmini" y buscar alternativas a los recortes financieros. "Es una irresponsabilidad convertir un problema social en un problema de orden público", agregó.

El martes, en Milán, seis estudiantes habían resultado heridos leves en un choque con la policía. Ayer, los alumnos seguían ocupando pacíficamente centros escolares y facultades por todo el país: Turín, Milán, Roma, Florencia, Cosenza, Catanzaro, Calabria... En La Sapienza de Roma, los alumnos cerraron con candados y cadenas el departamento de Física. En Bari, se escenificó un cortejo fúnebre por la muerte de la universidad pública.

Berlusconi está sufriendo en el campo educativo el único desgaste visible en estos meses de Gobierno, en los que su popularidad ha llegado al 62%. Los sindicatos de docentes y alumnos llevan semanas en pie de guerra contra la reforma, que según sus cálculos supondrá cerca de 90.000 despidos en tres años, recortará 8.000 millones de euros el gasto educativo y bajará la calidad de la enseñanza con el anunciado regreso a la vieja fórmula del maestro único, frente a la actual de los tres maestros cada dos clases.

Sobre esa cuestión, Berlusconi aprovechó para recriminar en público a Gelmini por haber elegido mal la palabra: "Te has equivocado, no es maestro único sino principal. Porque también están el de inglés, religión e informática".

Otra medida polémica es la propuesta de la Liga Norte de hacer un examen de italiano a los hijos de los inmigrantes y poner en clases aparte a aquellos que no tengan suficiente nivel. Berlusconi dio ayer su apoyo a la idea: "No es racismo, sino sentido común".

El líder de Forza Italia acusó a la izquierda de "haber convertido la instrucción pública en un subsidio social, llenándola de profesores precarios". Calificó la situación de la educación italiana como "catastrófica", y afirmó que el país no puede permitirse tener 1.300.000 docentes. "Son demasiados". Además, prometió para acabar, "no se despedirá a nadie", pero el Gobierno bajará el número de maestros con jubilaciones y bloqueando los nuevos contratos.

Un profesor universitario se dirige a los estudiantes que se manifiestan en la plaza del Duomo, en Milán.
Un profesor universitario se dirige a los estudiantes que se manifiestan en la plaza del Duomo, en Milán.EFE

12.000 gitanos, fuera

El ministro del Interior, Roberto Maroni, presentó ayer los datos finales del censo de los campamentos gitanos realizado desde junio en Roma, Milán y Nápoles. En total, han sido registradas 12.346 personas, residentes en 167 campamentos (124 ilegales y 43 autorizados), y el número de menores de edad asciende a 5.436.

Según Maroni, las cifras son más bajas de lo estimado por el Gobierno antes de empezar el censo; la razón es que muchos nómadas, en torno a 12.000 según sus cálculos, y "sobre todo rumanos", se han ido a otros países de Europa desde junio, "en particular a España, Francia y Suiza".

Para el ministro de la xenófoba Liga Norte, ese éxodo es, "de por sí, un efecto importante de la iniciativa (el censo) decidida por el Ejecutivo".

Diversas ONG, el Parlamento Europeo y la Iglesia católica han denunciado en estos meses la persecución de los gitanos llevada a cabo por el Gobierno de Silvio Berlusconi.

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