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El presidente de Serbia pide perdón por la matanza de la localidad croata de Vukovar

Boris Tadic rinde homenaje a los 200 civiles y prisioneros croatas que fueron asesinados en esa localidad en 1991 a manos del Ejército serbio

El presidente serbio Boris Tadic ha pedido perdón por la matanza de la localidad de Vukovar, en la que murieron 200 civiles y prisioneros croatas en 1991 a manos del Ejército serbio. Tadic se ha convertido en el primer líder serbio que visita Vukovar tras la guerra de los Balcanes.

El presidente serbio y su homólogo croata, Ivo Josipovic, han depositado una corona de flores en Ovcara, la fosa común que alberga los restos de alrededor de 200 pacientes de un hospital que fueron ejecutados en noviembre de 1991 por los paramilitares serbios y las tropas del Ejército yugoslavo, que acababan de ocupar Vukovar -una ciudad ribereña con el Danubio especialmente castigada por la guerra- después de tres meses de brutal asedio.

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"Me encuentro aquí para rendir respeto a las víctimas, para pedir perdón, para mostrar mi pesar y para hacer posible que Serbia y Croacia abran un nuevo capítulo", ha declarado Tadic después de depositar la corona, en la que figuraba la leyenda 'A las víctimas inocentes'.

La matanza de Vukovar es uno de los episodios más sangrientos y negros de la la guerra en la antigua Yugoslavia. En noviembre de 1991, el ex general serbocroata Mile Mrksic, que fue sentenciado por el Tribunal para la Antigua Yugoslavia (TPYI) a 20 años de prisión por su participación en el suceso, mandaba en la brigada del Ejército federal yugoslavo que asedió y capturó la ciudad croata, en una acción considerada por las Naciones Unidas como uno de los primeros ejercicios de limpieza étnica. Tras el despiadado asedio, decenas de civiles se refugiaron en el hospital, desde donde los croatas y el Ejército habían acordado que observadores internacionales los evacuaran. Haciendo caso omiso, Mrksic, junto a otros tres oficiales, dio orden de que se sacara por la fuerza a más de 100 personas, que fueron cruelmente golpeadas y torturadas durante horas en una granja cercana. A más de la mitad las metieron en autobuses, les enseñaron sin piedad el agujero que se iba a convertir en una fosa común y los asesinaron. Por esta acción, Mrksic, a las órdenes directas del presidente serbio Milosevic, ascendió a rango de general.

Croacia se independizó de Yugoslavia en 1991, tras lo cual su comunidad serbia se rebeló contra la independencia y pidió ayuda a Belgrado. El Ejército yugoslavo se hizo con el control de una tercera parte del territorio del país -donde se autoconstituyó una república de los serbios de Croacia- y Zagreb no recuperó la integridad territorial hasta 1995.

Alrededor de mil personas continúan desaparecidas en Croacia desde la guerra de 1991-1995, de las cuales casi 400 procedían de Vukovar. Los medios locales han asegurado que Tadic ha entregado a las autoridades croatas todos los documentos robados por las fuerzas serbias en 1991. Casi 20 años después del desastre, la ciudad continúa en ruinas, el desempleo es del 30% y las relaciones entre las comunidades croata y serbia siguen siendo difíciles.

La histórica visita de Tadic se produce cuando Serbia está pendiente de ingresar en la Unión Europea, cuya comisión elevó hace un par de semanas su solicitud de ingreso en el club comunitario. Es un gesto simbólico importante, pero no definitivo. La mano de Europa solo seguirá tendida si Belgrado demuestra que coopera plenamente con el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) que reclama la detención y entrega del ex general Ratko Mladic, acusado por crímenes de guerra, entre ellos el de máximo responsable de la matanza de civiles bosnios en Srebrenica en 1995.

La opinión final del Ejecutivo comunitario llegará en el mejor de los casos en el segundo semestre de 2011 y dará lugar a largos años de negociaciones, pero todo gesto de limpiar su pasado y acercamiento por parte del Gobierno serbio se tendrá en cuenta, como la flexibilización de Belgrado con respecto a Kosovo, materializada en la resolución conjunta euroserbia de principios de septiembre de la Asamblea de Naciones que apelaba al diálogo entre los viejos enemigos.

El presidente serbio Boris Tadic deposita una vela en el lugar donde se produjo la matanza de Vukovar, al este de Croacia.
El presidente serbio Boris Tadic deposita una vela en el lugar donde se produjo la matanza de Vukovar, al este de Croacia.AP

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