La hora de la Constitución indigenista
El partido de Morales debate si aprovecha el triunfo para imponer la Carta Magna
El gran proyecto sobre el que Evo Morales ha basado su mandato, la puesta en vigor de una Constitución que refunde Bolivia, está mucho más cerca tras la victoria electoral del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el referéndum revocatorio del domingo.
El altísimo porcentaje alcanzado ha dado a Morales y a su entorno la certeza de que, sometido el texto a las urnas, se impondrá sin problemas. No son ya las encuestas sino los votos los que apoyan la gestión presidencial.
Morales y su equipo se enfrentan ahora al dilema de aquellos que en una pugna tienen ventaja. ¿Someter la Constitución a referéndum -y seguramente ganar- o entrar a negociar el modelo con las regiones que se oponen?
En teoría, para que la nueva Carta Magna entre en vigor, sólo es necesario someterla a consulta popular, porque ya se han dado todos los pasos previos. Claro que el proceso ha estado lleno de sobresaltos desde el cambio de reglas sobre la mayoría necesaria para aprobar los artículos hasta la aprobación final del texto, el pasado diciembre, sólo por los diputados del MAS encerrados en un cuartel de Sucre mientras en las calles de la ciudad se producían violentísimos incidentes que pusieron a Bolivia al borde de la confrontación civil.
La oposición política asegura que el texto constitucional debe volver a ser discutido por la Asamblea Constituyente, pero entre los grandes perdedores del referéndum del domingo están los partidos críticos. La mirada de los detractores de Morales no está puesta en ellos, sino en los líderes regionales autonomistas.
Pero tampoco la negociación con los autonomistas para llegar a un acuerdo es una tarea fácil. Los estatutos aprobados hasta ahora son incompatibles en la letra con la Constitución aprobada en la Asamblea. Eso sin contar que han sido elaborados por comisiones de notables y no por cámaras democráticamente elegidas, y refrendados en votaciones que, según la legislación vigente, son ilegales. Y además está por ver que unos líderes que obtuvieron un respaldo masivo en las urnas el domingo, al tiempo que Morales perdía ampliamente en sus territorios, estén dispuestos a ceder.
Ya en sus declaraciones anteriores, el presidente boliviano parece inclinarse por la negociación como única salida realista al ya archiconocido "empate catastrófico". Morales lo había anunciado el pasado viernes. "Si me ratifican con más de un 54%, voy a convocar a todas las autoridades para buscar consensos y que el pueblo pueda aprobar una Constitución política del Estado boliviano, que es un tema pendiente", dijo. Al final, las urnas le han dado más del 60% y, de hecho, en sus primeras palabras tras la victoria, propuso la fórmula de incluir a las autonomías en la nueva Constitución.
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