_
_
_
_
ANÁLISIS | Nuevas relaciones en América
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El fin de la coartada del antiamericanismo

Antonio Caño

"Estados Unidos ha cambiado", dijo Barack Obama a los presidentes de América Latina. "No ha sido fácil, pero ha cambiado. Y ahora creo que es importante recordar a mis queridos líderes que no es sólo Estados Unidos el que tiene que cambiar. Todos tenemos la responsabilidad de mirar hacia el futuro".

La respuesta a esas palabras fue el libro que Hugo Chávez regaló al presidente norteamericano: Las venas abiertas de América Latina, del uruguayo Eduardo Galeano, un emblema para toda una generación marcada por una América poblada por dictadores y guerrillas, un continente que era el escenario, real o imaginado, de crueles multinacionales y agentes de la CIA, jóvenes soñadores y promesas de socialismo y revolución, una época en la que los amigos estaban lejos y el enemigo, el único enemigo, muy cerca, Estados Unidos.

Más información
Obama pide apoyo para presionar a Cuba

Ese libro, escrito en 1971 y discutible en cuanto a su imparcialidad y valor científico, representa una era, probablemente la misma que quien ayer lo usó como piedra arrojadiza contra Obama; el nuevo presidente norteamericano representa otra era completamente diferente.

Ambas han sido expuestas en esta cumbre. Corresponde ahora a los ciudadanos elegir. Esa elección podrá hacerse con libertad en todos los países de la región, excepto en uno. El resultado puede tardar aún un poco en conocerse. Los pueblos de la región, con razón, recelan de todo. Pero, al menos, algo muy importante surge de inmediato de Puerto España: los líderes de este continente malamente van a poder refugiarse ya en la coartada del antiamericanismo.

Esa coartada, viva aún en muchos ambientes, tiene, desde luego, razones que la justifican. Obama lo reconoció el viernes: "En ocasiones hemos tratado de dictar nuestras condiciones". Pero, difícilmente va a poder ser utilizada contra el nuevo líder del poderoso vecino del Norte.

Su paso por las calles de Puerto España fue, con diferencia, el más aplaudido por la población. Su discurso, el más festejado en el hemiciclo. Su popularidad rompe muros nunca rebasados en América Latina y convierte otros discursos, como el de Daniel Ortega, en soporíferas remembranzas de una lejana noche.

La propuesta del presidente Obama, en cambio, es iluminadora: "Superemos la falsa elección entre paramilitares de extrema derecha e insurgentes de extrema izquierda".

Es comprensible la resistencia de algunos en estas tierras americanas a aceptar que la esperanza viaje en el Air Force One -donde antes viajaban los jefes del perverso entramado imperia-lista-, pero eso es sencillamente lo que se está viendo en Puerto España. "Tenemos que aprender de la historia, pero no podemos quedarnos atrapados por ella", sugiere Obama.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_