El 'caso Lockerbie' se vuelve en contra del Reino Unido
Londres niega un pacto secreto con Libia para liberar al autor del atentado
El Gobierno británico ha participado activamente durante los años recientes en la rehabilitación internacional del régimen de Muammar el Gaddafi, pero el dictador libio no parece dispuesto a devolverle el favor en lo concerniente al caso Lockerbie. Abdelbaset al Megrahi, el único condenado por el atentado contra un avión de la PanAm que estalló en 1998 sobre Lockerbie (Escocia), comparecía ayer en las pantallas de la televisión oficial libia como un héroe, acompañado por Gaddafi, horas después de que la justicia escocesa decretara su liberación por motivos humanitarios.
Esas imágenes han alimentado la indignación de los familiares de las 270 víctimas de aquel suceso, entre las crecientes especulaciones de que la exoneración del reo, quien padece un cáncer terminal, ha sido fruto de un pacto secreto entre Libia y el Reino Unido.
La sugerencia de que Londres aceptó tal acuerdo para proteger los intereses comerciales británicos en el país africano -principalmente gasísticos y petroleros- constituye toda una "ofensa", declaraba el ministro de Empresa británico, Peter Mandelson, todavía convaleciente de una reciente operación de próstata.
Las mismas garantías, expresadas por el jefe de la diplomacia británica, David Miliband, no consiguieron, la víspera, atemperar las críticas por la puesta en libertad del terrorista. Tras la censura del presidente estadounidense, Barack Obama, contra esa decisión "compasiva" anunciada el jueves (al ex reo le quedan menos de tres meses de vida), el director del FBI, Robert Mueller, insistía en denunciar lo que considera "una burla a la justicia".
El líder libio agravó ayer la controversia al expresar su gratitud al primer ministro británico, Gordon Brown, y a la reina Isabel. Y su hijo, Saif al Islam, aseguró en una entrevista que un pacto comercial con Londres permitió el "victorioso" regreso de Al Megrahi, de 57 años, a su tierra natal, después de haber expiado tan sólo ocho de los 27 años de pena mínima que exigía su condena a cadena perpetua. De existir tal acuerdo, las supuestas promesas del dirigente libio a Gordon Brown, de preservar el asunto en un perfil bajo, se han revelado falsas. Porque Al Megrahi va a ser el "invitado especial" en la conmemoración que Libia prepara el 1 de septiembre, con motivo del 40 aniversario de la llegada al poder de Gaddafi.
Si Londres y Trípoli contemplaron en su día que el reo fuera trasladado a una cárcel libia, en virtud de un acuerdo bilateral, el Ejecutivo autónomo escocés decidió por su cuenta encarar la vía humanitaria, aquella que permite la liberación de un preso por su condición de moribundo. Desde entonces, las justificaciones desde Downing Street para lavar su imagen han devenido un desastre.
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