La UE acepta las ayudas públicas a las compañías
El comisario Almunia anuncia un marco similar al del 11-S
Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, aseguró ayer que el Ejecutivo comunitario ayudará a las compañías aéreas europeas a superar el marasmo económico con que las amenaza el cierre del espacio europeo. El instrumento será acelerar la aprobación de las ayudas de Estado que las aerolíneas puedan reclamar a sus Gobiernos. Según Almunia, se trata de elegir entre "que no haya compañías aéreas porque quiebren o que se las ayude por las circunstancias excepcionales".
Más allá de las estimaciones iniciales de los 185 millones de euros de pérdidas diarias, las compañías aéreas no han planteado todavía reclamaciones concretas de socorro a los distintos Gobiernos comunitarios. El principal socorro, dicen, sería que se eliminarán las restricciones a los vuelos impuestas desde el pasado jueves, calificadas directamente de escandalosas por alguna de ellas. El presidente de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) habla de "desbarajuste europeo".
La Comisión Europea aprobará con rapidez las medidas
Gordon Brown pide un fondo de solidaridad para las aerolíneas
"Estamos preparados para aprobar un marco similar al del 11-S, que permitiría conceder ayudas estatales para cubrir el coste directo de las consecuencias del suceso y los sobrecostes de seguros", manifestó ayer Almunia. "Estamos realmente ante circunstancias excepcionales".
Almunia es uno de los tres comisarios que integran el grupo de trabajo creado en Bruselas para evaluar las consecuencias del cierre y potenciales medidas paliativas con que contrarrestar los efectos del volcán islandés. La decisión depende, según él, de los Gobiernos y los Parlamentos nacionales.
Su portavoz, Amelia Torres, explicó que la intervención de Bruselas está prevista en el Tratado de Lisboa, cuyo artículo 107 considera aceptable la concesión de "ayudas destinadas a reparar los prejuicios causados por desastres naturales o por otros acontecimientos de carácter excepcional".
Si Almunia aludió a la excepcionalidad, el comisario de Comercio, Karl de Gucht, cubrió otro frente. "Dado que esto es un desastre natural, me imagino que si se toman medidas, no serán incompatibles con la Organización Mundial de Comercio dado que son resultado de un desastre natural".
Las ayudas deben ser solicitadas por las compañías afectadas a los Estados, que elevarán la propuesta a la Comisión para que la apruebe. Torres precisó que la contribución de Bruselas será "aprobar rápidamente" las medidas. Pero enfatizó que no habrá tolerancia indebida. Las compensaciones deberán cumplir los requisitos habituales: no ser discriminatorias (estar abiertas a todas las compañías en pie de igualdad), ser proporcionales a los daños sufridos, deberán estar calculadas con precisión y no podrán ocultar ayudas a compañías con problemas ajenos a la actual crisis.
Desde Londres, Gordon Brown reclamaba ir más allá de la aplicación del procedimiento de ayudas de Estado y expresaba su deseo de que Bruselas aplique "un fondo de solidaridad europeo u otros fondos para ayudar a las líneas aéreas y también a las personas que han quedado bloqueadas".
Antes de que ayer los Veintisiete decidieran flexibilizar las restricciones aéreas De Gucht había declarado que si la situación se prolongaba, tendría "serias consecuencia económicas para la economía europea". Algunos expertos calculaban que varios meses así recortarían entre el 1% y el 2% el PIB de la Unión sólo cómo consecuencia de sus efectos en el sector turístico.
"El volcán ha dañado gravemente al sector aéreo, en primer lugar en Europa y también en el resto del mundo", comentó Giovanni Bisignani, presidente de la IATA. "La escala del impacto económico en la aviación es ya mayor que el 11-S, cuando el espacio aéreo de Estados Unidos estuvo cerrado tres días". Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión, se hizo eco de esta apreciación. Ayer era el quinto día de cierre parcial de los cielos europeos, por lo que el daño circunstancial puede ser superior al del 11-S.
"Las compañías no están todavía en condiciones de evaluar las pérdidas", comentó el comisario Kallas mientras analistas británicos advertían que de prolongarse el cierre del espacio en Reino Unidos y en buena parte de Europa "habrá muchas compañías, especialmente las pequeñas, que sufrirán".
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