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Sarkozy advierte contra la "ostentación" de las religiones

El presidente francés aprovecha el referéndum suizo para apoyar el debate de identidad nacional

Antonio Jiménez Barca

Nicolas Sarkozy ha intervenido por fin en el debate que polariza la vida política francesa, el de la identidad nacional, que resurge desde hace semanas en cualquier tema de discusión pública, desde la mano tramposa de Henry en el partido de clasificación para el Mundial a la polémica de los minaretes suizos pasando por la reforma de los programas educativos del bachillerato.

La cuestión tiene mucho que ver con la integración en un país orgulloso de la laicidad de los seis millones de musulmanes que viven en su suelo. A este respecto, el presidente francés, por medio de una tribuna publicada este martes en Le Monde , asegura que "todo creyente, cristiano, judío o musulmán, debe guardarse de toda ostentación y de toda provocación" y "practicar su culto con una humilde discreción que testimonia no la tibieza de sus convicciones sino el respeto (...) a quien no piensa como él".

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El escrito arranca, precisamente, con la referencia a la votación de Suiza sobre la prohibición de construir más minaretes. Sarkozy no está de acuerdo con solucionar esa cuestión con un referéndum "demasiado simple y tajante". Pero critica las "reacciones excesivas y casi caricaturescas" que hubo en Francia sobre esa votación. "En vez de vilipendiar a los suizos porque su respuesta no nos gusta, deberíamos preguntarnos lo que quieren decir (...). Además: ¿Qué responderían los franceses a esa cuestión?".

El presidente francés añade que los pueblos europeos son acogedores, pero que exigen a su vez que ni su modo de vida ni su manera de pensar sea "desnaturalizado". Y anota que la globalización estimula por otra parte una "necesidad mayor de aferrarse a las propias raíces". "Y a esa necesidad de pertenencia se puede responder con la tribu o con la nación, con comunidades diferenciadas o con la República. Por eso quise que se celebrara un debate sobre la identidad nacional". Y añade: "Al que recibe le corresponde reconocer lo que el otro puede aportar; al que llega le toca respetar al que tiene en frente".

Por último, recuerda que "la laicidad no es un rechazo a las religiones sino un respeto a todas las creencias". Y refiriéndose a los musulmanes, agrega: "Combatiré toda forma de discriminación. Pero la civilización cristiana ha dejado una huella tan profunda (...) que todo desafío a esta herencia condenaría al rechazo la instauración del islam en Francia, un islam que sin renegar de su fondo, deberá encontrar vías para insertarse sin violencia en nuestro pacto social y cívico".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante un debate con sus ministros en el este de Francia
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante un debate con sus ministros en el este de FranciaAFP

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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