¿Quién gana y quién pierde en la crisis de los mineros?
Los protagonistas y las consecuencias posteriores a un rescate del que está pendiente el mundo entero
Los mineros atrapados en la profundidad del subsuelo desde el pasado 5 de agosto en una mina chilena de oro y cobre comenzaron a ser izados hacia la superficie en la madrugada de hoy en una metódica operación de rescate. Se espera que los trabajos terminen en los próximos dos días y los 33 hombres sean liberados sanos y salvos.
El accidente ha puesto un foco de atención en la laxitud de los controles mineros en un país que es el mayor productor de cobre, pero también ha encumbrado la madurez de una industria que posee la maquinaria y la experiencia necesarias como para manejar uno de los más complicados rescates que se han realizado en el mundo
Aquí están los ganadores y los perdedores de una historia que ha atraído la atención del mundo entero.
GANADORES
El presidente Sebastián Piñera ha visto crecer su popularidad desde que los mineros fueron encontrados con vida. Ha seguido la sensiblera estela de una estrella realizada a base de torpes maniobras gubernamentales que han enfurecido a los familiares de los mineros y al público que ha observado el drama. El multimillonario hecho a sí mismo, está a punto de beneficiarse de su renovada popularidad aprobando una controvertida legislación que sube los aranceles e impuestos a las compañías mineras extranjeras que trabajan en Chile.
Codelco, la empresa controlada por el Estado chileno, y la minería privada han recibido alguna publicidad gratuita al haberse alargado varios meses la operación para liberar a los mineros. Codelco, la empresa productora de cobre mayor del mundo, ha liderado el rescate. La pericia de los expertos y la demostración de los recursos utilizados por la compañía puede haber servido para que, entre la opinión pública chilena, se afiance el sentimiento de la necesidad de que esta empresa continúe en manos de la administración pública.
Piñera y su gobierno habían dejado caer la posibilidad de vender parte de Codelco para aumentar su eficiencia y reducir costes. Los ingenieros de firmas privadas y los perforadores han tenido también sus 15 minutos de fama a través de su exposición televisiva.
Los líderes sindicales creen que el accidente de San José ayuda a reforzar la imagen de los mineros que cada vez más se habían visto por la opinión pública, según las encuestas, como unos empleados privilegiados con sueldos altos y pingues bonificaciones. Los sindicatos creen que ahora los chilenos están más concienciados de los peligros que los mineros han de afrontar diariamente en su trabajo, lo que justificaría que fueran trabajadores a los que se debe pagar mejor.
Los mineros en chile son algunos de los mejor pagados de Latinoamérica con bonos en metálico ligados a sus contratos que pueden sobrepasar los 25.000 dólares (17,877.54 euros) por empleado en las compañías más potentes. Esta mejora en la imagen puede ayudar a los sindicatos cuando llegue el momento de afrontar las presiones de los empleadores en futuras negociaciones. Alguna de las minas de cobre mayores del mundo como Collahuasi y Radomiro Tomic, están negociando nuevos convenios que habrán de firmarse antes de que termine el año.
PERDEDORES
Los responsables públicos del sector minero chileno han quedado como poco preparados para prever este accidente. Las críticas han sido tan duras y continuadas desde el sector minero nacional que Piñera se vio obligado a despedir al máximo responsable.
El accidente desvela el punto débil de una industria de la que siempre se pensó que cuidaba por la seguridad de sus empleados. Piñera ha introducido legislación que moderniza la regulación e incrementa el presupuesto a través del rico desierto de Atacama.
Las pequeñas y medianas minas han notado el golpe del accidente, puesto que tras él, el Gobierno se apresuró a cerrar docenas de destartalados negocios aduciendo motivos de seguridad. Los inversores en esos negocios han acusado a Piñera de estar llevando a cabo una caza de brujas para tapar los errores que se hubieran podido cometer antes del accidente en el pozo de San José.
Aunque cese la actividad de esos pequeños pozos, es poco probable que el suministro mundial pueda verse afectado, puesto que el grueso de la producción corresponde a las grandes compañías que dedican altas partes de sus presupuestos para cumplir con la regulación internacional en materia de seguridad.
Las autoridades podrían enfrentarse a pleitos de los mineros o sus familiares al haber fallado a la hora de inspeccionar apropiadamente la mina y haber evitado el accidente que atrapó a los mineros desde el 5 de agosto.
Los propietarios de la mina, la Compañía Minera San Esteban Primera, son culpabilizados del accidente. La empresa está realizando una auditoría interna para determinar si debe declarar la banca rota.
La mina, que tiene más de un siglo de antigüedad, posee un largo historial de accidentes que han matado o herido de gravedad a muchos mineros en los últimos años.
El refuerzo de las paredes del pozo minero se realizó con endebles planchas de madera en lugar de fuertes columnas de acero. Este hecho llevó incluso a los propietarios de la mina a informar a las autoridades del accidente asegurando que en primer lugar tenían que valorar la situación.
Los familiares de los mineros han cerrado filas contra la compañía pidiendo un total de 10 millones en concepto de indemnizaciones mientras que el ministerio público perseguirá a los dueños por la vía penal.
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