Marcha en Israel por el soldado Shalit
10.000 personas se unen a la familia del militar secuestrado en Gaza en 2006
La familia de Gilad Shalit empezó ayer a caminar para exigir la liberación del soldado. Unas 10.000 personas se unieron a la primera jornada de una marcha que empezó en Mitzpe Hila, la localidad de Galilea donde residen los Shalit, y durante 12 días tenía previsto zigzaguear por Israel, pasando muy cerca de la franja de Gaza, hasta terminar en Jerusalén. Noam Shalit, el padre, prometió que no volvería a casa sin su hijo, secuestrado por un grupo de Hamás el 25 de junio de 2006, mientras cumplía el servicio militar patrullando la frontera de Gaza.
Noam Shalit confiaba en que la marcha fuera creciendo con los días y alcanzara Jerusalén convertida en una marea humana. Se declaraba, sin embargo, "pesimista". Y anunció que cuando terminara la caminata acamparía junto a la residencia del primer ministro, Benjamín Netanyahu, hasta poder abrazar a su hijo. Volvió a pedir que la Cruz Roja pudiera visitar a Gilad, a lo que Hamás volvió a negarse alegando que eso permitiría al Ejército israelí localizar el sitio donde tienen oculto al soldado. También pidió que se permitiera a Gilad enviar cartas. Hamás también se negó a eso.
El primer ministro Netanyahu telefoneó al padre de Shalit y le propuso una reunión cuando la marcha llegara a Jerusalén. Netanyahu reclamó a la "comunidad internacional" que hiciera lo posible para que Shalit volviera a casa. El Gobierno israelí, sin embargo, reiteró su negativa a aceptar todas las exigencias impuestas por Hamás para liberar al cautivo.
La última oferta de Netanyahu, a través de mediadores alemanes, consistía en la excarcelación de 450 de los presos palestinos incluidos en la lista presentada por Hamás y de otros 550 elegidos por las propias autoridades israelíes. Globalmente, suponía un intercambio de mil por uno. Pero Netanyahu rechazaba la liberación de varios de los responsables de los atentados terroristas más atroces y se negaba a que los excarcelados pudieran establecerse en Cisjordania. La condición israelí (tácitamente respaldada por la Autoridad Palestina, que temía la reconstrucción de grupos armados de Hamás en Cisjordania) era que los liberados se fueran a Gaza o a otro país.
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