El Ejército tailandés dispersa a tiros a los manifestantes en Bangkok
La represión de las Fuerzas Armadas causa dos muertos y 113 heridos
El Ejército tailandés abrió fuego ayer contra la muchedumbre para romper el bloqueo impuesto por los manifestantes en algunos puntos del centro de Bangkok, agravando una crisis que forzó el sábado la suspensión de la cumbre de países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), en el enclave turístico de Pattaya, y a evacuar a algunos de sus líderes en helicóptero.
Los soldados dispararon ráfagas hacia el cielo en repetidas ocasiones, pero en algunos casos lo hicieron contra los manifestantes, informa Reuters. Dos personas fallecieron a causa de los disparos. Otras 113 han resultado heridas en los enfrentamientos, de ellas cuatro por bala, según algunas fuentes, y 10, según otras. Entre éstas, hay dos militares.
Los opositores arrojaron 'cócteles molotov' contra los militares
Los participantes en las protestas, conocidos como los camisas rojas por el color de su vestimenta, apoyan al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en un golpe militar en 2006, y piden la dimisión del actual primer ministro, Abhisit Vejiajiva, a quien acusan de llegar al poder hace cuatro meses de forma ilegal.
Los manifestantes intentaron estrellar varios autobuses urbanos -uno de ellos incendiado- y lanzaron cócteles molotov contra los soldados. El Ejército, que ha desplegado 6.000 militares, empleó cañones de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos mientras avanzaba. También exhibió fusiles de asalto. El Gobierno declaró el domingo el estado de excepción en Bangkok y en cinco provincias vecinas.
El comandante del Ejército, el general Songkitti Jaggabatara, se comprometió a restaurar el orden "por todos los medios posibles" cuanto antes en una intervención televisada, pero dijo que sólo usarán las armas en defensa propia y no de forma "excesiva".
Abhisit acusó a los seguidores de Thaksin de estar acumulando armas y pidió a los miles de manifestantes que se dispersasen. "Aquellos que quieran ayudar al Gobierno a restablecer la normalidad que vuelvan a sus casas", dijo.
La violencia comenzó antes del amanecer, y se concentró, principalmente, en el cruce de Din Daeng, que había sido tomado por los camisas rojas. Las tropas intervinieron y abrieron fuego después de que los manifestantes vertieran combustible en la calzada y amenazaran con prenderle fuego si el Ejército actuaba. Los soldados tomaron el control y detuvieron a varias personas.
El coronel Sansern Kaewkamnerd, portavoz del Ejército, dijo que estaban intentando causar "el menor daño posible", y aseguró que las balas disparadas contra la gente eran de fogueo. "Las cabezas están hechas de papel, sólo hacen ruido. Las usamos cuando los manifestantes avanzan hacia los soldados para hacer que se retiren. Las que han sido disparadas al aire sí eran de verdad".
Los partidarios de Thaksin se distribuyeron en media docena de puntos de Bangkok, desafiando las medidas de excepción dictadas por el Gobierno, que prohíben la congregación de más de cinco personas. El Ministerio de Educación fue atacado con varias bombas incendiarias. Tuvieron que actuar los bomberos para sofocar las llamas. Al caer la tarde, muchos camisas rojas se dirigieron a la zona cercana al Palacio de Gobierno (sede de las oficinas del primer ministro), donde están acampadas unas 10.000 personas. Esta madrugada, soldados y policías con vehículos blindados rodearon a los manifestantes en torno al Palacio.
La tensión ha marcado la vida política de Tailandia desde que Thaksin fue expulsado del cargo, acusado de corrupción y abuso de poder. El ex ministro sigue siendo muy popular en las zonas rurales, por sus políticas populistas. Sus oponentes, que se concentran principalmente en las ciudades, se echaron a las calles el año pasado y ocuparon los dos aeropuertos de Bangkok durante una semana para forzar la dimisión de dos Gobiernos favorables a Thaksin, quien se encuentra exiliado para evitar la cárcel por corrupción. El Parlamento nombró en diciembre primer ministro a Abhisit, después de que un tribunal ordenara la disolución del Ejecutivo por fraude en las elecciones de 2007.
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