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Comienza el asedio al 'bastión rojo'

El Ejército tailandés avanza hacia el campamento de los manifestantes

Numerosas tropas y vehículos blindados se concentraron ayer al amanecer junto al campamento de los camisas rojas en el centro de Bangkok, en lo que podría ser el inicio de un asalto armado al bastión que miles de manifestantes han instalado desde hace semanas en el centro de la capital para pedir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones.

Una docena de helicópteros sobrevolaron la zona a las 7.30 de la mañana (cinco horas menos en la España peninsular), mientras el humo de los neumáticos ardiendo comenzaba a elevarse entre los rascacielos del distrito comercial y de negocios con las primeras luces del día.

El ejército bloqueó las pocas calles que aún quedaban abiertas en los alrededores de Silom y se desplegó al sur de la principal barricada del campamento. Poco después comenzaron a oírse explosiones y disparos.

Carros blindados y helicópteros toman posiciones en el centro de Bangkok
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Mujeres tras las barricadas

Los militares lanzaron varios disparos al aire para instar a los manifestantes y civiles a abandonar el campamento. "Por favor, abandonen inmediatamente el lugar. Los oficiales van a llevar a cabo una operación", gritó uno de los militares a través de un altavoz. Lo siguiente fue lanzar agua a presión y gases lacrimógenos contra las trincheras para evitar que los camisas rojas les prendieran fuego. Los manifestantes han utilizado durante los últimos días fuegos artificiales y cohetes caseros, pero también granadas y armas de fuego, según el Gobierno.

Nattawut Saikua, uno de los líderes del frente antigubernamental, reclamó a los manifestantes que mantuvieran sus posiciones: "Pedimos a todo el mundo que esté preparado para un ataque porque los blindados han comenzado a movilizarse".

Entre 3.000 y 5.000 camisas rojas se encuentran en el campamento, pero también hay cientos fuera de él. Muchos de ellos montaron barricadas de neumáticos rociadas con combustible, que empezaron a arder.

Los opositores han recopilado estos días grandes cantidades de alimentos, agua y otros suministros para contrarrestar el aislamiento al que están sometidos por parte del Ejército desde el pasado jueves. Desde entonces, el conflicto ha causado la muerte de 39 personas y 300 heridos, en lo que suponen los enfrentamientos más sangrientos de los últimos 18 años en Tailandia.

El inicio del ataque se produjo después de una jornada que, aunque siguió registrando enfrentamientos, fue de menor intensidad. El Gobierno rechazó la propuesta de un grupo de 60 senadores -aceptada por los manifestantes- para mantener conversaciones de paz.

Los camisas rojas acusan al primer ministro del país, Abhisit Vejjajiva, de carecer del apoyo del pueblo, ya que obtuvo el poder tras unas controvertidas elecciones celebradas en 2008, dos años después del golpe militar que provocó el derrocamiento de Thaksin Sinawatra.

Soldados del Ejército tailandés, protegidos tras un carro blindado, avanzan hacia las posiciones de los 'camisas rojas'
Soldados del Ejército tailandés, protegidos tras un carro blindado, avanzan hacia las posiciones de los 'camisas rojas'AFP

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