Los duques de Lugo se separan
Han decidido un "cese temporal de la convivencia", confirma la Casa del Rey
La hija mayor de los Reyes de España se ha separado de Jaime de Marichalar. Un portavoz de la Casa del Rey confirmó ayer que la pareja ha decidido de mutuo acuerdo un "cese temporal de la convivencia". El anuncio se produce tras muchos meses de rumores sobre una grave y prolongada crisis en la relación de doña Elena y su marido. Los duques de Lugo contrajeron matrimonio el 18 de marzo de 1995 en la catedral de Sevilla y son padres de dos hijos: Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
Las dos últimas ocasiones en que se vio juntos a los duques de Lugo fue el pasado 12 de octubre, en los actos de la Fiesta Nacional, y poco después en los premios Telva. Doña Elena acudió el pasado domingo con sus hijos a la final del Masters Series femenino de tenis en Madrid. Acababa de abandonar el domicilio conyugal con sus dos hijos.
"No habrá comunicado, ni más comentarios". Así de rotundo se mostró el portavoz de la Casa del Rey sobre la separación de doña Elena, que cumplirá 44 años el próximo diciembre, y Jaime de Marichalar, de 45 años. La misma rotundidad con la que durante mucho tiempo se negó la crisis de la pareja. Ya en diciembre de 2001, cuando Marichalar sufrió un accidente vascular, se decía que la pareja tenía problemas. Pero la enfermedad hizo que cesaran los rumores. Tanto doña Elena como toda la familia real no se movieron del hospital en que fue ingresado el duque.
Marichalar sufrió una isquemia cerebral cuando hacía deporte en un gimnasio al que acudía habitualmente. La isquemia cerebral, una dolencia muy poco común en personas jóvenes, se produce cuando una de las seis arterias que riegan los dos hemisferios del cerebro se tapona u obstruye, por lo que la sangre deja de llegar a la zona cerebral que ese vaso nutre. Año y medio después, en mayo de 2002, Marichalar padeció otro problema vascular cuando viajaba en un avión a París para presenciar la final de tenis de Roland Garros.
Meses después del segundo accidente vascular, la pareja se trasladó a vivir a Nueva York para que Marichalar siguiera un programa de rehabilitación especial. El duque de Lugo, que pasó muchas horas realizando duros ejercicios en el gimnasio, comenzó a sufrir signos evidentes de tristeza, de depresión. La infanta se mantuvo a su lado y comentó a sus más íntimos que siempre estaría al lado de su esposo hasta que se recuperara.
Las noticias de que la separación era inminente comenzaron a circular con más insistencia el pasado agosto. Doña Elena decidió acompañar a los duques de Palma de Mallorca, a su prima Cristina Borbón Dos Sicilias y al esposo de ésta a un viaje a Croacia. Jaime de Marichalar prefirió quedarse en el palacio de Marivent. "Cuando haya que contar algo, habrá un comunicado oficial", repetía una y otra vez la Casa del Rey cuando se le preguntaba por los problemas de la pareja. Y el matrimonio, conocedor de los rumores, decidió aparecer junto con más frecuencia.
Así, doña Elena y Marichalar fueron vistos con sus hijos en varias jornadas del Masters Series de tenis y, luego, llevando a los pequeños a clase en su primer día de colegio tras el verano. El pasado 12 de octubre, los duques de Lugo estuvieron con toda la familia real en los actos programados: primero en el desfile en el Paseo de la Castellana y luego en la recepción en el Palacio Real. Al día siguiente, doña Elena y su familia se sumaron a una excursión que doña Sofía organizó al Zoo de Madrid, a la que también acudieron, los príncipes de Asturias, los duques de Palma de Mallorca y todos los nietos de los Reyes. Una imagen idílica de la Familia Real, al menos para las fotos.
Jaime de Marichalar pertenece a una aristocrática familia castellana vinculada desde antiguo a la monarquía. Su abuelo, Luis de Marichalar y Monreal, vizconde de Eza, fue ministro del Ejército y Marina durante el reinado de Alfonso XIII y luego senador y alcalde de Madrid. Marichalar forma parte de varios consejos de administración y ha estado muy relacionado con el mundo de la moda. A él se debe el espectacular cambio de vestuario de la infanta, que desde que lo conoció se ha convertido en una de las mujeres más elegantes de España a juicio de los especialistas.
Los duques de Lugo y sus hijos vivían desde hace algo más de dos años en el barrio de Salamanca de Madrid, en un piso propiedad de don Jaime. La Casa del Rey no ha informado de los acuerdos de la separación. Hasta que no se produzca el divorcio, Marichalar seguirá teniendo el título de duque, que don Juan Carlos le otorgó tras su matrimonio.
Trece años de relación
La separación ha llegado un día 13, martes, y después de 13 años de relación.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar hicieron oficial el 26 de noviembre de 1994 su compromiso en La Zarzuela. Fue un acto íntimo, al que acudieron sus familiares más cercanos. Hubo los tradicionales regalos: un anillo de brillantes para la novia y un reloj para el novio. Luego, los prometidos comparecieron ante cerca de 50 periodistas y desvelaron algunos de los secretos de su noviazgo. Él dijo de ella: "Sus cualidades son tantas que no terminaríamos nunca". Ella dijo de él: "Es cariñoso y tenaz; no ha parado hasta convencerme".
La novia sonreía y mostraba cierto sonrojo. El novio miraba al suelo algo desconcertado. ¿Cuándo decidieron casarse? "Hace mucho tiempo, pero lo hemos mantenido en secreto", respondió Marichalar. Doña Elena apostilló: "Lo decidimos hace un mes". En la mano derecha, como manda la tradición, la futura esposa lucía su anillo de pedida. "Es precioso", exclamó. "Es parte de una diadema que mi abuelo regaló a mi madre", explicó el novio. Y él mostró en su muñeca el reloj que le acababan de regalar.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar se conocieron en París en 1987 en un curso de literatura francesa. Dos años más tarde, en la primavera de 1989, coincidieron con otros amigos en un viaje a la India, Nepal y Bután. Desde entonces se fueron multiplicando los encuentros.
La ayuda de la hípica
La afición de doña Elena a la hípica facilitó la relación. La hija mayor de los Reyes decidió confiar sus caballos de concurso al ex jinete olímpico portugués Manuel Malta Da Acosta, establecido en Chantilly, en las afueras de París. Ese lugar ofreció a la infanta una gran privacidad para practicar su deporte. Marichalar, economista, que residía en París desde hacía siete años, se brindó en repetidas ocasiones a hacer de anfitrión de doña Elena en sus visitas a la capital francesa.
Las citas se llevaron en medio de gran discreción. Doña Elena frecuentaba en Madrid a los amigos de Marichalar, la mayoría de ellos relacionados con la hípica. Era frecuente verla acompañada de Alfredo Fernández Durán, miembro del equipo nacional. En ocasiones se habló de un noviazgo entre ambos, pero el jinete salió al paso de los rumores: "Somos amigos y tenemos muchas aficiones en común". Otra relación que dio mucho que hablar fue la que mantuvo con otro jinete, el sevillano Luis Astolfi.
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