El congreso del Partido Socialista francés se perfila como una batalla entre Royal y el resto de corrientes

El Partido Socialista (PS) francés ha comenzado hoy en Reims, al noroeste del país, su 75 congreso, que se prolongará hasta el domingo. En estos tres días deberán designar al sucesor de François Hollande al frente de la formación, un relevo que se perfila como una batalla entre la ex candidata presidencial, Ségolène Royal, y el resto de las corrientes internas.

El Congreso de Reims -compuesto por 631 delegados repartidos en función del apoyo logrado por cada corriente- deberá designar a la llamada "comisión de resoluciones", integrada por 102 miembros y encargada de elaborar un texto de síntesis entre todas las tendencias. En caso de que no haya acuerdo, los delegados elegirán una, que irá acompañada de un Consejo Nacional, máximo órgano de dirección del partido. La elección del primer secretario va separada de este proceso y se tendrá lugar el próximo día 20 por sufragio directo de los militantes.

Los alcaldes de París, Bertrand Delante, y de Lille, Martine Aubry, además del representante del ala izquierda del partido, Benoit Hamon, encabezan los otros movimientos internos, que se han distanciado en los últimos días de Royal. Ésta, presidenta de la región de Poitou-Charentes, encarna la corriente mejor representada en el Congreso, puesto que su proyecto político fue el más apoyado por los militantes el pasado día 6, cuando obtuvo el 29% de los votos.

Delante fue el segundo con un 25,2% de los votos, pese a que contaba con el apoyo del primer secretario saliente y de buena parte de la actual dirección, que considera el aspirante de la continuidad. Aubry, que aglutina en su candidatura a corrientes lideradas en el pasado por el ex primer ministro Laurent Fabius y por el actual director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Straus-Kahn, obtuvo el 24,3% de los votos, por delante de Hamon (18,4%) que representa el ala más izquierdista.

De una ideología pragmática, Royal es quien propone más cambios en la formación, que pretende convertir en una máquina fuerte, capaz de hacer frente en 2012 a Sarkozy cuando los ciudadanos vuelvan a escoger presidente. Sin desvelar si optará personalmente a la dirección del PS o si propondrá como candidato a un miembro de su equipo, Royal dio hace unos días el primer paso para formar una candidatura única en torno a su texto político, pero el resto de los líderes no parecen dispuestos a secundarla.

Aubry y Hamon la consideran poco progresista y han expresado su rechazo de forma pública, al tiempo que han comenzado a formar un frente anti-Royal. "Creo que la concepción del PS de Royal no es la que comparte la mayoría", ha asegurado hoy en Reims Fabius, quien ha instado a la unión de las otras tres corrientes para cerrarle el paso.

Más ambiguo aparece el entorno de Delanoe, que amalgama personaidades abiertas a un pacto con Royal y otras hostiles a la ex candidata presidencial. El propio alcalde de París se ha esforzado en los últimos días en marcar distancias con la antigua aspirante al Elíseo.

Entre los principales puntos de discrepancia figura el deseo de Royal de hacer del PS "un gran partido democrático, popular y de movilización social", lo que implica abrirlo a una militancia amplia, para lo cual preconiza una reducción de las cuotas de afiliación. Delanoe discrepa, apuesta por mantener el PS como "una vanguardia" de izquierdas y no comparte la idea de Royal de abrir la puerta a alianzas con formaciones de centro, como el MoDem de François Bayrou.