'El viaje a ninguna parte' y 'Roma'
EL PAÍS presenta mañana, jueves,por 2,95 euros, una obra maestra de Fernando Fernán-Gómez, y el viernes, por 5,95 euros, una bella historia de Adolfo Aristarain
Coinciden esta semana en la colección Cine en Español dos hermosas películas que son sendos homenajes, entrañables y certeros, a personajes y episodios del ayer. Fernando Fernán-Gómez recuerda, en El viaje a ninguna parte (1986), a los últimos cómicos ambulantes, llamados de la legua, durante los años cincuenta, y Adolfo Aristarain, en Roma (2004), rememora al singular personaje que fue su madre y las amarguras políticas de su Argentina natal. Ambas obras recibieron numerosos galardones, entre ellos, los premios Goya a mejor película del año.
El viaje a ninguna parte se alzó, además, con los Goya al mejor director y al mejor guión, así como con el Premio Sant Jordi a la mejor película de 1986, decisiones que contaron con el apoyo unánime de la crítica. "No parece exagerado ver en esta película la obra maestra de Fernando Fernán-Gómez, la culminación feliz de una carrera de actor, escritor y director absolutamente fuera de lo común", escribió José Luis Guarner en La Vanguardia. "Es una hermosa, conmovedora, inerme y desconsolada película", en palabras de Ángel Fernández-Santos en EL PAÍS, lo que Jorge de Cominges apuntaló en El Periódico: "Es un retrato cálido y patético, divertido y entrañable, de esos cómicos sin hogar que van de un lado para otro con la oscura esperanza, los más jóvenes, de alcanzar algún día la fama".
La película de Fernán-Gómez partió de un texto propio escrito para la radio, despertando con él el interés del productor Julián Mateos, que acababa de triunfar con Los santos inocentes, de Mario Camus. De la radio saltó al cine con idéntica frescura literaria. Un viejo cómico (José Sacristán) recluido en un asilo recuerda su pasada vida de actor. "Es ya viejo, carece de esperanza, y sus recuerdos son, por mitades, cenizas de un fuego real y ensoñaciones de un fuego pintado", en descripción de Pedro Crespo en Abc, que elogió "el reparto admirable" de actores: Sacristán, Fernán-Gómez, M. Luisa Ponte, Juan Diego, Laura del Sol, Gabino Diego, Nuria Gallardo, Queta Claver, Agustín González, Carlos Lemos, José M. Caffarel...
Roma fue para los críticos argentinos la mejor película del año 2004; Aristarain, el mejor director, y Susú Pecoraro, premiada como mejor actriz, fue también reconocida con el Premio Clarín, y en los festivales de La Habana y Toulouse. En España, Roma ganó los Goya a mejor película, fotografía (José Luis Alcaine), director y guión (Aristarain, Mario Camus y Kathy Saavedra). Cuenta la historia de un escritor argentino afincado en España (José Sacristán) que acepta escribir sus memorias por dinero, y a quien la editorial le envía a un joven (Juan Diego Botto) para que transcriba al ordenador el manuscrito. "Eso es todo", escribió Alfons Cervera en Cartelera Turia: "Eso sería todo en otras manos, pero en las de Aristarain lo sencillo adquiere las dimensiones enormes de lo inalcanzable". Desde Abc, Rodríguez Merchante reconocía el talento de Adolfo Aristarain para "resumir y anudar varios hilos narrativos: la relación entre el maestro y el alumno, entre madre e hijo, entre individuo y contexto social, entre una persona consigo misma, con los demás y con nadie... Y ata esos hilos con un cine clásico, directo, inteligente, dialogado con elegancia y pulcritud, mirado con ojos críticos e interpretado en un tono alto, dramático y un tanto cínico".
"Una bella historia bien contada, con la ayuda de un excelente guión y de un excelente reparto en el que sobresale Susú Pecoraro en su papel de Roma, la madre", en elogios de Ángel Sánchez Harguindey en EL PAÍS, secundados por Bonet Mojica en La Vanguardia: "Es una sugerente película que apela a la emoción", una historia, según Fausto Fernández en Fotogramas, "narrada en voz calmada, pero movida por la emoción y la nostalgia". El guión de Roma está editado por 8 1/2 junto a los de Martín (Hache) y Lugares comunes, otras excelentes películas del autor.
Babelia
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