"Lo más vanguardista que hay es un cantaor y una guitarra"
El cantaor José Mercé recala en La Unión y Madrid dentro de su gira veraniega para presentar 'Ruido', su cuarta colaboración con el productor Isidro Muñoz
José Mercé (José Soto Soto, Jerez, 1955) no para. Sigue siendo el cantaor más mediático. ¿Y qué significa esto? Pues que además de poseer en su voz la sabiduría del cante más tradicional del barrio jerezano de Santiago, y prodigarla en actuaciones sin descanso por toda la geografía española, lo mismo comenta un partido de fútbol de su admirado Real Madrid que opina sobre el talento infantil en un programa de televisión. Esta semana participa en uno de los festivales de flamenco de mayor prestigio: el Festival de Cante de Las Minas de La Unión, en Murcia, donde seguro se animará a hacer algunos de los cantes más característicos de esta región: los de levante.
Las galas veraniegas se aprietan en el calendario, pero aún así saca tiempo para ir a la televisión. Su última aparición, de hecho, fue el mes pasado, en un concurso de chavales de entre seis y 14 años en el estreno del programa Mi primer olé, que emite Canal Sur TV, en Andalucía, todos los viernes.
Y la semana que viene, vuelve a la capital. Estará en otro ciclo que se va convirtiendo en un clásico del verano: el festival de Los Veranos de la Villa, que siempre dedica una programación especial al flamenco. Aquí, José Mercé combinará su cante más tradicional con los temas de su último trabajo discográfico, Ruido, estrenado en junio en los Teatros del Canal como parte de la SUMA Flamenca de la Comunidad de Madrid.
Producción sencilla: un disco que va al grano
Ruido, publicado el pasado mes de mayo, es la cuarta colaboración del cantaor con el productor Isidro Muñoz, con el que encontró la fórmula del éxito hace casi una década. Un disco sencillo, con una estructura inaugurada en Aire: sonidos frescos, palos festeros y letras ligeras, la versión flamenca de un tema conocido (Nana de la Cebolla, que canta junto a Pasión Vega) y una soleá desgarrada, que pone el contrapunto ortodoxo a un disco hecho para gustar a la mayoría.
A pesar de la fórmula, Mercé contaba entonces, con motivo de la publicación del disco, a EL PAÍS, que es un disco no buscado: "El disco surgió. Isidro me llama y me dice: José, estoy haciendo unos temas, quiero que te vengas a casa... Igual mañana me llama otro y surge otro trabajo y ahí estoy". Desde que saltó a las listas de los más vendidos con Aire (publicado en 2000, del que vendió 230.000 copias), el cantaor ha repetido con Muñoz en Lío (2002, 125.000 copias) y Confí de fuá (2004, 40.000 copias). Sólo en Lo que no se da (2007) trabajó con Paco Ortega. "Isidro es el que me hace rabiar, me hace trabajar muchísimo, pero al final el resultado está ahí".
La producción de Ruido es sencilla. Nada de cuerdas ni orquestas; el protagonismo es para la voz y las guitarras que le acompañan. "Todos los instrumentos que se metían ensuciaban los temas. Mira que hemos probado, pero al final decía: como mejor suena es con la guitarra..." Además de Manuel Moreno Junquera, Moraíto Chico, guitarrista que acompaña desde hace años a Mercé en los escenarios, trabajan en el disco Juan Carlos Romero, Diego del Morao (hijo de Moraíto) y Dani de Morón. Tampoco cree el jerezano que para innovar haga falta mucho más: "Lo más vanguardista que hay es un cantaor y una guitarra".
Descendiente de una estirpe de cantaores que arrancan en Paco de la Luz, José Mercé, que tomó el nombre artístico del barrio jerezano en el que nació, arrancó su carrera profesional con 13 años, en Madrid. Su voz, potente y desgarrada, conocedora de todos los estilos flamencos, es heredera de un cante que se aprendía entre gitanos. Hizo una carrera en tablaos y compañías de baile (trabajó con Antonio Gades) antes de independizarse como cantaor. La renovación de su carrera comenzó con la grabación de Del amanecer (1998), un disco producido y compuesto por el guitarrista Vicente Amigo. Una potente imagen (las imágenes del disco son del fotógrafo de rockeros Antón Corbijn) y una intensa campaña promocional le hicieron sonar en las radiofórmulas. Con Aire se terminó de establecer en el Olimpo de las estrellas.
Sus defensores le comparan con Manolo Caracol, que supo combinar un estilo popular junto a Lola Flores, interpretando zambras y canción ligera, con el flamenco más jondo, que sólo cantaba en fiestas privadas o en su tablao madrileño. Mercé, que posee un eco antiguo, sabe contentar a las masas. Desde su estrellato, el jerezano reconoce el buen momento que vive el flamenco, convertido en un estilo más asequible. "A partir de que se le hace un marketing como a cualquier otra música, el flamenco se hizo más popular, y de eso sí me siento orgulloso".
Sin embargo, reconoce que esta sobreexposición del flamenco puede hacerle perder su autenticidad. "En nuestra época lo propio era escuchar a los mayores en los patios de las casas de vecinos. Ahora los gitanos se han mudado a las barriadas, ya no hay tanto de eso. Y yo necesito que salga ese eco flamenco que me rompa, que me pellizque. Veo demasiado laboratorio. Parece ser que es mucho más difícil cantar natural que hacer muchos inventos".
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