"Los tebeos son algo más que entretenimiento banal"
Carlos Pacheco, dibujante español de 'Superman', reivindica el valor artístico de los 'comic-books'
Superman no es el mismo según quién lo dibuje. Fue una especie de levantador de pesos circense con sus creadores, Jerry Siegel y Joe Shuster, a finales de los años treinta, y luego John Byrne lo refundó en los ochenta como un Christopher Reeve culturista y algo más complejo emocionalmente. Hoy es una figura monumental que parece asaltar al observador desde cada viñeta, dinámico y autoconsciente, tal como lo perfila Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz, 1961), el primer autor español que ha llegado a la cima de dos de los grandes sellos norteamericanos, Marvel y DC, para dibujar sus series más célebres, desde Superman a Los Cuatro Fantásticos y La Patrulla X.
El recién nombrado mejor dibujante nacional por los aficionados del 10º Salón del Tebeo Internacional de Madrid es un tipo serio de ojos azules y voz de locutor radiofónico. Reconoce que, junto a Pasqual Ferry y Salvador Larroca, consiguió abrir hace 10 años una vía de comunicación sobre el Atlántico que luego han seguido lápices como los del elegante Javier Pulido y el pulcro David Aja.
¿Éxodo de talentos? "Yo no lo veo así. Yo no tengo la sensación de trabajar para el mercado americano, sino para uno global. Dibujar para el extranjero es ahora más cómodo, por las nuevas tecnologías, y ofrece muchas posibilidades a los autores jóvenes", señala Pacheco, minutos antes de ser abordado por un pelotón de fans.
El cómic no sólo asiste a un cambio en el mercado, sino que está ganando respeto. "La creación del Premio Nacional de Cómic prueba que los tebeos empiezan a verse como algo más que un entretenimiento banal". Un reconocimiento al que no podrán optar muchos de los colegas de Pacheco, "ya que sólo se concede a los autores que publican aquí".
El sector de los cómics factura en España 100 millones de euros anuales, según el Ministerio de Cultura, pero la mayoría consiste en material procedente de Estados Unidos y Japón. Quizá las editoriales españolas no apuesten por producir comic-books "porque sale más barato comprarlos y traducirlos", sostiene Pacheco, pero el hecho es que la animada actividad editorial de los sesenta y setenta, con Ibáñez, Vázquez y Escobar, "ha desaparecido". "Aquí, la realidad es que existe un mercado internacional que garantiza la estabilidad de los autores y uno más pequeño nacional que permite hacer historias más personales, en el que sin embargo es difícil que un artista pueda vivir de su trabajo".
Llegar a Marvel fue un sueño hecho realidad, incluidas las desmitificaciones habituales. "Fue como llegar a Camelot, aunque luego ves que el rey Arturo está borracho y la mesa redonda está llena de colillas, con fechas de entrega y demás, pero, al fin y al cabo, esto es lo que amo".
Pacheco ha conseguido el reconocimiento de fans y editores. Puede elegir dónde trabajar, e incluso guionistas de peso como Jeph Loeb (ganador de cuatro premios Eisner y coproductor de la teleserie Héroes) o Kurt Busiek (autor de la espléndida Astro City) piden trabajar con él. "He intentado que se vea que amo el medio, y quizá eso se nota".
Esa devoción por las viñetas, que se concreta en unas composiciones vertiginosas, es lo que aprecian los lectores. "Dibujar Superman o Los Cuatro Fantásticos es una responsabilidad, y sé la importancia que tiene para los aficionados porque he sido uno". Este licenciado en Biología marina acaba de terminar su último Superman y pronto retomará su Arrowsmith junto a Busiek. Luego, quizá, volver a DC o a Marvel. "Sólo pido seguir haciendo lo que hago".
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