Una personal comedia lésbica

El cine, como casi todo el mundo sabe, es una complicada mezcla de industria y arte. Debido a ello, las películas cuestan cada vez más dinero, por lo que su primer objetivo es reembolsar con creces su coste, y luego también, a veces, dejan un pequeño resquicio para esconder algo de arte. No obstante, esta ley, inamovible en principio, de vez en cuando tiene algunas excepciones.Generalmente se trata de producciones realizadas de una manera marginal a la industria, en condiciones muy duras para sus autores, pero que permiten una gran autonomía creadora y en las que resulta más fácil apreciar el talento de un director. Son un tipo de obras que existen desde el nacimiento del cine, pero cuya existencia cada día es más problemática, y al que pertenece por méritos propios Costa Brava.

Rodada en Barcelona, en inglés, en 14 días y con negativo regalado por diferentes productoras, Costa Brava demuestra la habilidad de la debutante Marta Balletbó-Coll para moverse en este difícil y resbaladizo terreno en su cuádruple faceta de coguionista, productora, directora y protagonista, y realizar una película muy personal, que tiene mucho interés y la presenta como una de las promesas de nuestro cine.

De incógnito

Tres años después de su realización, sin el menor apoyo publicitario, casi de incógnito, ni siquiera aparece en la lista de películas que se exhiben que este diario publica cada día, llega a las pantallas madrileñas, tras su pase hace unos meses por Canal +, para demostrar cómo se puede hacer buen cine con poco dinero, gran habilidad, ningunas pretensiones y mucha imaginación.Costa Brava narra los tenues amores entre una guía turística, que sueña con estrenar un monólogo teatral, y una ingeniera sísmica nacida en Tel Aviv y criada en Boston, que durante una temporada trabaja en Barcelona. Rodada con una gran sensibilidad, sin ningún tipo de excesos, muestra a Marta Balletbó-Coll como una imaginativa productora, una buena directora, una interesante coguionista y una regular actriz.

Desarrollada en clave de ligera comedia sentimental, pero con un estilo muy particular, el único problema que presenta Costa Brava es que se exhibe, tanto en su estreno en Madrid como en su pase por Canal +, en una versión doblada sin ninguna gracia, que queda muy lejos de la versión original inglesa, cuyo título además es el mucho más sugerente Famil album. En cualquier caso, resulta muy gratificante la visión de esta producción de muy bajo presupuesto que narra los tímidos amores entre dos lesbianas.