Los peligros de 'rehacer' la obra literaria de Borges
María Kodama obliga a retirar el libro de Agustin Fernández Mallo basado en 'El hacedor'
El 9 de agosto de 1960 Jorge Luis Borges firmó en Buenos Aires el prólogo a un híbrido de prosa y verso titulado El hacedor. Agustín Fernández Mallo, que aún no había nacido -lo haría siete años más tarde-, firmó el 20 de diciembre de 2004, en la isla de Mallorca, el prólogo de un libro que lleva por título El hacedor (de Borges), 'Remake'. Lo publicó en febrero pasado la editorial Alfaguara (grupo PRISA, editor de EL PAÍS). Tanto el prólogo como el epílogo del escritor español reproducen los del argentino con modificaciones: donde uno habla de Leopoldo Lugones, Milton y la Eneida el otro lo hace de Borges, Benet y Joy Division.
Para Fernández Mallo el homenaje es evidente. Para María Kodama, viuda del autor bonaerense y administradora de sus derechos de autor, no lo es en absoluto, de ahí que el verano pasado sus abogados se pusieran en contacto con Alfaguara, que decidió retirar la obra de las librerías. Pese a la confidencialidad del acuerdo, la noticia ha trascendido ahora que Kodama se encuentra en Madrid, donde ayer presentó la edición "artesanal" (100 ejemplares) de Mi amigo Don Quijote (Del Centro Editores), la transcripción de una conferencia pronunciada por Borges en 1968, descubierta en la Universidad de Austin (Texas) por el profesor peruano Julio Ortega y que hasta ahora permanecía parcialmente inédita.
Muy "sorprendido" por la actitud de la viuda de Borges, Fernández Mallo distingue entre la polémica legal y la estética. Respecto a la primera, afirma sentir "muchísimo el enfado de María Kodama" y afirma que nunca pensó que debiera pedir permiso para homenajear al que considera uno de sus maestros. ¿La razón? "Borges fue el primero en usar las mismas técnicas de apropiación y reescritura que yo". El autor de la trilogía Nocilla, que reconoce haber pedido permiso a Nutrexpa para usar esa marca en el título, aclara que "el 98%" de El hacedor (de Borges), 'Remake' es "material original" dado que el conjunto nació a partir de las ideas que le sugería la lectura de El hacedor borgiano: "De ahí que repita los títulos de las prosas y los poemas pero el contenido no sea ni remotamente el de Borges".
Según Fernández Mallo, lo que se está criticando es "una técnica literaria" que consiste en "recoger un legado y transformarlo". La "gran paradoja", subraya, es que fue Borges "uno de sus mejores exponentes". El escritor recuerda que esa técnica es moneda corriente en ámbitos como el de las artes plásticas y que en la literatura tampoco supone mayor desconcierto para el lector. Y como ejemplo cita a Cabrera Infante: "En su libro Exorcismos de esti(l)o, hace un remake del epílogo de El hacedor, que titula "Epilogolipo", en el que solo se cambian unas cuantas palabras. Creo que es un precedente que legitima también mi obra, una especie de 'jurisprudencia moral". Y abunda: "La crítica y los lectores entendieron perfectamente mi homenaje, más allá de que guste o no. Me sorprende que alguien que reconoce no haber leído el libro pida su retirada", sostiene al tiempo que insiste en que en ningún momento quiso ocultar la fuente de su "reescritura": "Está en el título".
Para María Kodama, sin embargo, la cosa va más allá del homenaje. "Imagine que si se retiró [el libro] es porque es algo muy grave", afirmó ayer en un hotel de Madrid antes de zanjar: "No quiero hablar de eso. Ya está solucionado por los abogados. Pasé 25 años muy duros [los transcurridos desde la muerte de su marido], difamada, con mi vida inventada, llevada y traída... Ahora corté con toda polémica".
Por su parte, Julio Ortega, descubridor de la charla cervantina de Borges y lector atento de las nuevas generaciones de escritores en español, afirma desde la Universidad de Brown (Estados Unidos), que la actual es una polémica "triste" porque "nunca Borges ha estado tan presente en la nueva literatura española como ahora". En su opinión se trata de "un malentendido" que se podría haber evitado haciendo explícito -"tal vez con una comillas"- que la obra es una glosa y no una copia. Aunque encuentra apasionante fijar los límites entre una y otra usando como objeto al creador de Pierre Menard, autor del Quijote.
Finalmente, respecto a las acusaciones de llevar el agua de Borges a su molino Agustín Fernández Mallo explica "lo difícil" que se hace la promoción de una obra con un título así. Finalmente, sobre su destino como libro de culto, se rebela: "Será a mi pesar. Yo no quiero que sea un libro ni de culto ni oculto. Lo que quiero es que se lea".
COMUNICADO DE LA EDITORIAL ALFAGUARA
En todo el proceso de edición de El hacedor (de Borges) 'Remake' de Agustín Fernández Mallo, jamás sospechamos que el libro pudiera ser leído de una manera negativa contra la persona o la obra de Jorge Luis Borges.
Valga enfatizar que en este caso se discuten dos problemas distintos. Por un lado está el alegato jurídico, ante el cual nos mostramos respetuosos y dispuestos a ofrecer pruebas incontrovertibles de buena voluntad. Atendiendo los reclamos de María Kodama, hemos decidido retirar voluntariamente el libro del comercio.
Por otro lado está la discusión estética, en la cual nuestro punto de vista es diferente. Una de las muchas innovaciones que Borges trajo a la literatura fue la de usar procedimientos paródicos sobre sus propias influencias, sobre los autores que admiraba y se sentía influido. Si Borges no hubiera existido, Agustín Fernández Mallo jamás hubiera podido escribir un libro como su Remake.
Justamente por ello, pensamos que el suyo es un gran homenaje a la persona que inventó para la literatura española este tipo de procedimientos de apropiación y juego. Borges ideó una forma de hacer literatura de la que Fernández Mallo es un heredero fiel y agudo. Como sus editores, lamentamos que este libro no se hubiera entendido en esa clave.
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