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Reportaje:

Un paseo por el Prado del futuro

La pinacoteca reordena su colección, gana espacio y recupera la pintura del XIX

Una imagen de la galería central del Prado, donde quedarán ubicadas las obras de gran formato de los maestros italianos y flamencos.
Una imagen de la galería central del Prado, donde quedarán ubicadas las obras de gran formato de los maestros italianos y flamencos.F. ONTAÑÓN

Desde hace semanas, el personal del Museo del Prado está atareado en lo que ya se ha bautizado como "la otra ampliación". No es que la pinacoteca planee expandirse arquitectónicamente pero, tras la inauguración de la estructura proyectada por Rafael Moneo, nada menos que 25 salas del edificio Villanueva, equivalentes a un 25% del espacio, han sido ya liberadas: es el momento, explicaba ayer Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del Museo, de reorganizar la colección y de ampliar en unas 500 el millar de obras que actualmente se exponen. El proceso no se completará hasta el año 2012 y se llevará a cabo de forma "paulatina", sin que en ningún momento afecte al funcionamiento normal del museo.

Las piezas de Goya sobre el 2 y el 3 de mayo bajarán a la planta baja
El museo incorporará unas 120 obras decimonónicas

Finaldi presentó ayer el recorrido que, según los responsables del museo, realizaría un "visitante ideal" una vez finalizada la reordenación. El periplo, "cronológico y agrupado por escuelas", comienza en la sala de las Musas y realiza un bucle de norte a sur por las tres plantas del edificio, hasta finalizar en las colecciones del siglo XIX. Ésta es una de las novedades más esperada, puesto que han sido hurtadas al público durante más de una década, desde que en 1996 se cerrara el Casón del Buen Retiro para una reforma que no se completó hasta 2007.

Volverán, pues, al edificio Villanueva obras como Doña Isabel la Católica dictando su testamento, de Rosales, o los Chicos en la playa, de Sorolla. En total, informó José Luis Díez, jefe de conservación de pintura del siglo XIX, serán unas 120 pinturas y una veintena de esculturas.

Estas joyas decimonónicas no podrán ser contempladas en su nueva ubicación hasta septiembre. Mucho antes, en abril, se presentará la primera fase de la reordenación: las salas que albergarán la pintura italiana de los siglos XV y XVI. Hasta ahora, estos espacios, situados en la parte norte (puerta de Goya) de la primera planta, estaban dedicados a tareas de restauración.

El nuevo recorrido podrá seguirse con la primera guía oficial publicada por el Prado, que fue presentada también ayer, y que resume un viaje por los grandes maestros de la pinacoteca a través de una selección de 400 obras que ya tiene en cuenta la futura disposición. Desde la sala de las Musas, el "visitante ideal" recorrerá, en dirección hacia la puerta de Goya, las salas de pintura medieval y renacentista española (siglos XII a XVI) -hasta ahora era la zona que ocupaba la dirección técnica del museo, desplazada a la ampliación-, la escuela hispano-flamenca (siglo XIV a XVI) y los renacentistas italianos (XIV a XVI).

El visitante deberá subir una planta para llegar a la galería central, uno de los espacios más emblemáticos del Museo del Prado. Finaldi recordó cómo esta galería fue la primitiva pinacoteca -las salas adyacentes fueron ampliaciones posteriores- y llegó a albergar 465 obras, frente a las 60 actuales. Esta zona será objeto de otro cambio fundamental, ya que acogerá obras de gran formato: la mitad norte será el feudo de Tiziano, Tintoretto, Veronés y Bassano; la mitad sur, el de Van Dyck, Jordaens y Rubens. Velázquez seguirá reinando en el espacio central de la primera planta, "el corazón del edificio", según Finaldi. Destaca en esta zona la nueva ubicación que tendrán El Greco y Ribera, que flanquearán al autor de Las meninas en su parte norte.

En la nueva disposición habrá que recorrer las tres plantas del ala sur del museo -próxima a la puerta de Murillo- para contemplar la pintura de Goya. En el segundo piso estarán sus piezas más tempranas, con la exhibición de sus cartones para tapices. La planta segunda seguirá mostrando la obra que el artista realizó en el siglo XVIII, en torno a la sala que alberga La familia de Carlos IV. Pero las pinturas que realizó sobre los acontecimientos del 2 y el 3 de mayo de 1808 en Madrid descenderán una planta y se ubicarán, al lado de las Pinturas negras, en otra de las salas recuperadas, hasta ahora dedicada a la restauración de esculturas.

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