El porqué de las palabras, según El Roto
Una recopilación de 170 viñetas sirve al humorista para crear un diccionario
¿Qué es la paternidad? Para el humorista gráfico Andrés Rábago (Madrid, 1947), El Roto, son dos bebés que dicen: "Nosotros el día del padre celebramos el del banco del semen". ¿Y cómo se define la palabra solidaridad, una vez tamizada por su sarcasmo? Con una sencilla imagen de una pareja de amigos en la calle y dos frases: "Voy a un acto contra el hambre en el mundo", le comenta uno al otro. "¿Dan canapés?"
Rábago, también pintor, escritor y dibujante, lleva años volcando diariamente su crítica incisiva y mordaz en una viñeta de este periódico. Generalmente, para combatir la consolidación del dinero como valor central de la sociedad occidental y de la mentira como vehículo de comunicación. Ha atacado a golpe de creatividad la especulación inmobiliaria, el terrorismo de ETA, las agresiones contra el medio ambiente... Ha mordido incluso la mano que le da de comer. ¿Qué es prensa para él? Un hombre, con el periódico en las manos, que piensa: "¡Qué claridad de confusión!". Ahora reúne algunos de sus mejores trabajos de los últimos dos años -170 dibujos en color y blanco y negro- en El Roto. Vocabulario figurado 2 (Reservoir Books) y en una exposición que arranca su itinerancia por España y por distintos países de Latinoamérica en la sede del Círculo de Lectores de Madrid (O'Donnell, 10).
"No persigo ideas. Estoy abierto a reflexiones colectivas y les doy forma"
"Este libro es un intento de hacer una especie de María Moliner pero con imágenes, el uso que se da a las palabras y su auténtico sentido", dijo el artista. "Tenemos un gravísimo problema de falta de entendimiento, porque han quedado prácticamente inutilizadas para toda comunicación por su malversación. Aquí hay un intento de recuperación de su uso correcto".
Vocabulario figurado 2, continuación de un volumen publicado hace dos años, no está así concebido como una mera recopilación de viñetas. Hay una estructura, una coherencia narrativa que le da sentido. El Roto ha titulado cada dibujo con una palabra y los ha ordenado después por orden alfabético.
Primera entrada, Abanderado. Lucifer, con una enseña en la mano, clama: "Las banderas las ondea el diablo". Unas páginas más adelante, un empresario, perdido ante una gran bola del mundo, se lleva las manos a la cabeza: "¡Vaya lío! ¡He deslocalizado mi empresa y no sé dónde la he puesto!". La palabra en este caso es Deslocalización. Y así ETA, Fanatismo, Globalización, hasta llegar a Yate, término que cierra el glosario. "¡Mira, inmigrantes!" "¡No me digas! ¿Ya tienen yate?", debate una pareja al avistar un cayuco.
El Roto mira la realidad desde los márgenes, busca detrás de los protagonistas, porque le interesa más, dice, el trasfondo de las cosas que los hechos puntuales. En el libro se revuelve contra la especulación, la desidia frente al cambio climático, el nacionalismo... No porque necesariamente sean los temas que más le interesan, sino porque se siente "obligado" por el sentir general. "No persigo ideas", explica, "lo que estoy es abierto a eso que percibo que son ideas colectivas y les doy forma".
¿Todos los temas son abordables desde la sátira o hay límites? "Todos los que tengan interés público, no aquellos que sean de interés privado, morboso o de crueldad", responde. "No abordo cuestiones que a lo mejor están en los medios por razones espurias de conseguir audiencias o de fomentar formas aberrantes de comportamiento. Me muevo con una cierta voluntad de ética", sentencia. Ése es el límite de su autocensura, "el sentido común y la utilidad pública" de su trabajo. La que ejercen otros, asegura, sólo la ha padecido en dos ocasiones y dice que con razón. "Se me había ido un poco el tono. Y a mí no me interesa el exabrupto".
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