La osadía de rodar 'La rabbia', de Passolini, irrumpe en Venecia
Un documental muestra la dificultad para rodar la célebre cinta del desaparecido cineasta italiano
El realizador Giuseppe Bertolucci presentó hoy en la Mostra de Venecia La rabbia. Ipotesi di ricostrzione della versiona originale del film, la osada empresa de completar la película que Pier Paolo Pasolini rodó hace cuarenta y cinco años. En 1963, Pasolini realizó La rabbia, un documental poético sobre el mundo contemporáneo que, pensado originalmente como un largometraje, quedó reducido a cincuenta minutos debido a que, por temor a la polémica, fue convertido en un filme a dos voces, una de izquierdas y otra de derechas.
El proyecto inicial del realizador de Accatone (1961) ha sido ahora retomado por una ambicioso proceso de documentación llevado a cabo por la Cineteca de Bolonia, la distribuidora Istituto Luce y el grupo editorial Minerva Raro Video. Así, se han creado dieciocho nuevos minutos tomando como base cartas del cineasta y fragmentos de guión que, con motivo de la conmemoración de los treinta años de la muerte del subversivo cineasta, se han recuperado.
"No hemos querido, obviamente, ponernos a la altura de Pasolini, pero sí hacer llegar de la manera más escrupulosa posible lo que era un trabajo suyo inédito", explicó con modestia Bertolucci en rueda de prensa hoy en Venecia. Y es cierto que el anexo de La rabbia que ahora se muestra no consigue transmitir el poder reflexivo que, finalmente y por voluntad propia, Pasolini condensó en menos de una hora, ayudado por la voz poética de Giorgio Bassani y la narración en prosa de Renato Guttuso.
"Él aceptó el trato de una manera poco traumática, dándose cuenta de que si no toleraba el contrapunto de la derecha a su visión del mundo nunca se estrenaría su filme", explicó Carlo di Carlo, que trabajó con Pasolini en el proyecto original y presenta también en Venecia el documental Antonioni su Antonioni. En una proyección multitudinaria, precedida del cortometraje Padre Selvaggio (1965), La rabbia volvió e mostrar a los espectdores la perspectiva, según él mismo, "sin hilo cronológico, quizá tampoco lógico" de la época de Pasolini, que él describía como "una nueva prehistoria".
Desde Marilyn Monroe a Juan XXIII, pasando por Argelia, Hiroshima o Roma y alrededor de conceptos como belleza, libertad y riqueza, el filme, a ritmo del Adagio de Albinoni, plantea desde la perspectiva actual una nueva duda: la de si Pasolini fue un visionario o, simplemente, los problemas del siglo XXI era previsibles desde hace cuarenta años.
Babelia
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