El mundo de Alfredo Cáliz
El fotógrafo colaborador de EL PAÍS SEMANAL publica un libro en el que se resume su trabajo
Lo común y ordinario reside en que cada cual persiga a su vocación. Lo noticioso y extraño sería que fuese la vocación de cada uno la que se empeñase en atosigar hasta salirse con la suya. A Alfredo Cáliz (Madrid, 1968) le ocurrió esto último y ambos, el fotógrafo y su vocación triunfaron.
"Yo no llegué a estudiar nunca nada. Realmente lo que hice fue dejar de estudiar. Empecé historia en la Complutense, pero no llegué si quiera a terminar el primer año. A los 19 años me salió un trabajo de ayudante de un fotógrafo y dejé los estudios. Puede que ya la fotografía estuviera ahí, por mi padre, pero es algo que tampoco podría asegurar. Me parece que fue todo muy fortuito", explica Cáliz.
"El primo de una vecina tenía un estudio fotográfico y allí que me planté. Eso lo hizo el azar". Aquel profesional del que empezó a aprender se llama Juanjo Delgado y hoy es uno de sus socios. Hacíamos de todo, cine, publicidad... Lo cierto es que mi aprendizaje fue absolutamente multidisciplinar".
Ahora, Alfredo Cáliz ha visto su trabajo recompensado con un libro que recoge prácticamente toda su trayectoria. Un volumen editado por La Fabrica en su colección PHotoBolsillo. Así resume la editorial la trayectoria del fotógrafo. "Cáliz realiza numerosos viajes justo antes de ingresar en la agencia Cover en 1995. En 2003 consigue una beca FotoPress, otorgada por La Caixa. Es colaborador habitual de ONGs y de revistas como El País Semanal o Marie Claire. En 2006 publica su primer libro, Inshallah, que recoge diez años de viajes por Marruecos. En 2007 ingresa en la agencia Panos de Londres. Su obra ha sido expuesta en el MUSAC, el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en diferentes sedes del Instituto Cervantes en Marruecos. Cáliz ha impartido talleres de fotografía en el Instituto de Cine de Madrid y la Escuela Blank Paper. Actualmente sigue trabajando como fotógrafo freelance".
Para el propio Cáliz el punto de inflexión en su carrera fue Marruecos. Estuvo un mes de ayudante de foto fija para la película Orquesta Club Virginia, más tarde volvió invitado por un músico que conoció en el madrileño barrio de Lavapiés. Pero fue otro fotógrafo, José Manuel Navia quien acabó de convencerlo. A partir de entonces el periodismo fue apoderándose de él. El periodismo pero siempre sin abandonar el arte. Los redactores con los que ha viajado por medio mundo destacan de él que es un lector inagotable, que se documenta, que no suele tirar muchas fotos puesto que sabe mirar".
"Me gusta leer desde pequeño. Me gustaría poder documentarme más en los trabajos que afronto. Mi acercamiento a la foto está dirigido a comprender el mundo más que intentar explicárselo a nadie. Y para conseguir eso también hay que leer. Es muy importante, pero también lo es saber conectar todo lo que uno ha vivido para sacar alguna idea. La antropología. Todo está unido. De pronto se construye un mosaico complejo. Necesito saber lo que estoy haciendo, si no me pierdo", así salen las ideas de la cabeza de Alfredo Cáliz.
En esta fotogalería, el autor nos regala no sólo la imagen. También unas acertadas líneas que vuelven a explicar cómo es su mundo.
La exposición Un camino lleno de preguntas con fotografías de Alfredo Cáliz se inaugura en Fnac Plaza Norte el 1 de junio y se podrá ver hasta el 8 de julio de 2010
Babelia
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