El médico de Jackson se declara inocente de homicidio tras pagar la fianza
La fiscalía de Los Ángeles acusa a Conrad Murray de homicidio involuntario, un delito que podría acarrearle cuatro años de prisión
El que fuera médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, ha comparecido este lunes ante un tribunal de Los Angeles para hacer frente a los cargos de homicidio involuntario presentados por la fiscalía en relación con la muerte del rey del pop el pasado 25 de junio tras ingerir un cóctel de medicamentos para tratar el insomnio crónico que padecía.
El magistrado de la Corte Superior del condado de Los Angeles Keith L. Schwartz ha fijado una fianza de 75.000 dólares (alrededor de 55.000 euros) para Conrad Murray, que tendrá que volver a presentarse ante el tribunal el próximo 5 de abril. En una vista que duró media hora, Murray se declaró no culpable ante el juez, quien ordenó la retirada de su pasaporte y le prohibió recetar sedantes a sus pacientes. En la sesión estuvieron presentes los padres de Michael Jackson, Joe y Kathryn, así como varios de sus hermanos, incluidos LaToya y Jermaine.
Murray, de 56 años, llegó a los juzgados rodeado de estrictas medidas de seguridad y entre gritos de "asesino" proferidos por seguidores de Jackson que le esperaban a las puertas. La declaración de Murray tuvo lugar después de que la fiscalía le acusara formalmente de terminar con la vida del rey del pop por administrarle sin la debida "precaución y cautela" los fármacos que acabaron con su vidal. El médico de Jackson se enfrenta a una pena máxima de cuatro años de cárcel.
El inicio del proceso judicial coincidió con la revelación completa del informe forense sobre la autopsia realizada a Michael Jackson, en el que se especificó que el artista murió por una "intoxicación aguda de propofol", un potente anestésico de uso hospitalario. Según los análisis realizados, el cantante recibió una cantidad de medicamento igual a la que se habría empleado en una operación de "cirugía delicada" sin que se cumplieran con los procedimientos médicos necesarios, que implican equipos para seguir las constantes vitales, administrar con precisión la dosis, y reanimar al paciente.
En los interrogatorios Murray admitió haber suministrado a Jackson una serie de medicamentos, entre ellos el potente calmante de uso hospitalario propofol, para ayudarle a conciliar el sueño. El médico aseguró que Jackson consumía esa sustancia de forma habitual y que solía llamar a ese medicamento "leche".
El médico estuvo en el punto de mira de los investigadores desde el momento en el que la autopsia reveló que el fallecimiento del cantante se produjo por una "intoxicación aguda" de drogas, entre ellas el anestésico propofol y el sedante lorazepam.
La decisión de las autoridades, aunque esperada y anticipada por los medios desde hacía semanas, fue mal recibida por los familiares del rey del pop, que exigían un mayor cerco sobre Murray. "Pensaban que los cargos deberían haber sido más serios que homicidio involuntario. Hubo una desconsideración por la seguridad de la vida humana", denunció Brian Oxman, el abogado del patriarca del clan Jackson, a la entrada de los juzgados.
En los interrogatorios posteriores a la muerte de la estrella, Murray argumentó que Jackson había pedido una serie de medicamentos, entre ellos el potente calmante de uso hospitalario propofol, para conciliar el sueño y que los tomaba de forma habitual. El doctor aseguró que cuando se percató de la situación intentó reanimar al artista y después dio la orden de llamar a los servicios de emergencia de Los Ángeles, que trasladaron a Jackson hasta un hospital de la ciudad donde se certificó su muerte poco después.
Los investigadores parecen haberle creído. Aunque Murray ha sido acusado de haber actuado "fuera de la ley" y sin la debida "precaución y cautela", la fiscalía señala que actuó "sin malicia", por lo que no se considera que su actuación sea merecedora del castigo correspondiente a un "delito grave". Así, la fiscalía ha precisado que Murray se enfrenta a una pena máxima de cuatro años de prisión.
Babelia
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