La mayor colección de Biblias de Gutenberg
El museo Morgan de Nueva York expone sus tres ejemplares del padre de la imprenta
Tres biblias impresas por Johannes Gutenberg en el siglo XV y un libro de plegarias de Claudia de Valois (creado en 1517 para su coronación como reina de Francia) protagonizan las dos nuevas exposiciones que abrieron hoy sus puertas en la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York. Tres biblias de Gutenberg es el título de la exposición que se podrá disfrutar en la Gran Manzana hasta el 28 de septiembre, mientras que el libro de plegarias de la reina francesa (1499-1524) forma parte de la exhibición permanente como nueva adquisición de la prestigiosa institución neoyorquina.
"Somos el único lugar del mundo que tiene tres de estas biblias al mismo tiempo", dijo hoy a Efe el comisario de la muestra, John Bidwell, mientras que el director del Museo Morgan, William Griswold, indicó que se sentían "muy afortunados por haber reunido esta colección sin igual del gran trabajo que hizo Gutenberg". Griswold explicó que cada una de ellas "tiene características que la hacen diferente de las demás, pero reunidas ofrecen una fascinante visión de los ambiciosos planes que Gutenberg tenía para su obra impresa". El herrero alemán Johannes Gutenberg (1398-1468) fue el inventor hacia 1450 de la imprenta en Europa, que desarrolló mediante la invención de la técnica de tipos metálicos móviles y con una composición de letra por letra y línea a línea, con la que páginaspodían ser impresas en papel y en pergamino (vellum).
Los expertos de la Morgan explicaron que en las tres copias, propiedad de la institución, se observan las diferentes técnicas utilizadas por el inventor y los artistas, que "al realizar un libro muy bello también iniciaron un nuevo capítulo en las historia de la comunicación visual". En ellas se pueden ver importantes diferencias del que fue el primer libro impreso en Europa occidental, así como las innovaciones en el arte del diseño gráfico de la época. Los bibliógrafos creen que Gutenberg y sus sucesores llegaron a imprimir en papel entre 120 y 135 copias de la Biblia y entre 40 y 45 en pergamino, pero de todas ellas sólo unas 50 han resistido el paso del tiempo y la mayoría en no muy buen estado.
"Cada una de las tres copias que hay aquí tiene una historia especial que contar sobre el diseño y la producción de este famoso libro", agregó Griswold. El comisario de la muestra subrayó que "estas biblias se imprimieron muchos años antes del descubrimiento de América y representan el libro más importante de Occidente".
De esas preciosas posesiones del museo neoyorquino una está impresa en papel y en buen estado de conservación y, aunque le faltan dos hojas, "se puede ver la composición de las páginas tal como las veía el inventor", dijeron los expertos.
La segunda copia en papel del museo contiene el Antiguo Testamento en 22 páginas y con un solo tipo de letra, pues, según los expertos, podría haber sido confeccionada con los restos del papel de las imprentas, "como un trabajo de último minuto sobre páginas que faltaban o estaban incompletas". Esta copia se le atribuye a Johann Fust (1400-1466), un artesano que decoró buena parte de las primeras impresiones hechas por Gutenberg en Maguncia y a quien ayudó a financiar las impresiones cuando el inventor de la imprenta estaba endeudado. Dicho ejemplar de la Biblia es muy similar a la que existe en la Biblioteca Nacional de Burgos (España) y, según la Morgan, "son casi gemelas".
La tercera está realizada en papel pergamino, contiene algunas iniciales decoradas y bordes ornamentales, de los que algunos habrían sido eliminados y reemplazados en el siglo XIX con facsímiles, que estaba tan bien confeccionados que (según los expertos del museo) engañaron a más de un erudito incauto. Esa copia de la Biblia de Gutenberg pasó por diferentes manos, pues estuvo a cargo de un artesano alemán del área de Maguncia y cuando la retomó otro, cambió el estilo incluyendo elaboradas iniciales en dorado, motivos botánicos y unos bordes muy complejos que se atribuyeron a un taller de la localidad belga de Brujas.
Además de estas valiosas biblias, el museo neoyorquino exhibe otra de sus adquisiciones: un bellísimo, raro y delicado manuscrito de la época renacentista que perteneció a Claudia de Francia. "Es el manuscrito decorado más importante adquirido por la Morgan en los últimos 25 años", aseveró Griswold de este libro-joya que mide poco más de 5 centímetros y que está ilustrado con 132 escenas de la vida de Jesús, la Virgen María, los apóstoles y numerosos santos. Este manuscrito -cuyo último propietario fue el neoyorquino Alexandre Rosenberg y ha sido donado al centro por su viuda- incluye un ex-libris diseñado por el pintor español Pablo Picasso y se expone junto a otro libro de plegarias que perteneció a otra reina de Francia, Ana de Bretaña, madre de Claudia y esposa de Carlos VIII y Luis XII.
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