La madre de todos los tebeos
La revista humorística TBO cumple noventa años con la publicación de una antología en seis volúmenes
La revista de cómic TBO ha sido testimonio de la historia de España durante casi todo el siglo XX. Sus páginas han narrado las peripecias de la familia Ulises, prototipo de la clase media, y las del pintoresco doctor Franz de Copenhague a varias generaciones de lectores, a través de la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil y la transición y hasta la actualidad. El legado de esta publicación de referencia se publica ahora, al cumplir noventa años, en una antología de seis volúmenes, en Ediciones B.
El primer número del TBO salió a la calle el 17 de marzo de 1917 en Barcelona, en blanco y negro, al precio de cinco céntimos de peseta. Aquellas tiras, protagonizadas por personajes como Morcillón y Josechu el vasco, fueron dando nombre al género de lo que en Estados Unidos se llama comic, comic-book o comic strip y en España se conoce simplemente como tebeos.
El TBO desapareció durante la Guerra civil y la posguerra, pero renació en 1941 y hacia mediados de siglo vivió sus años de esplendor con una tirada de 300.000 ejemplares y una alineación de dibujantes excelente, con Opisso, Benejam, Coll, Sabatés, Muntañola, Tínez y Urda, según Manolo de Cos, editor de la colección El TBO de siempre. El TBO era "un clásico para todo el mundo", ha añadido.
La revista arraigó en la cultura popular y en la lengua cotidiana se conservan expresiones como está más visto que el tebeo, parecen la familia Ulises o no vengas con inventos del tebeo, como destaca el crítico y teórico del cómic Antoni Guiral en el prólogo a la compilación. La revista se publicó en la editorial catalana Bruguera hasta su desaparición, en 1986. Más tarde la adquirió Ediciones B, que ahora publica la antología de los ochenta años del TBO, que reúne las revistas publicadas desde 1917 hasta 1996.
El primer volumen de El TBO de siempre se ha publicado a comienzos de este año, bajo el título Para todas las edades (incluída la de piedra), seguido del segundo, Al compás del Tiempo, el tercero, Retorno a la tradición, y el cuarto, Una apuesta original, que hoy sale a la venta.
En los próximos meses los volúmenes quinto y sexto cerrarán la antología, en una colección que se completa con Los grandes inventos del TBO, también recopilados ahora en un tomo por Ediciones B.
Los Grandes Inventos del TBO vieron la luz a mediados de los años 20, obra del dibujante Nit, pero hasta la década de los 40 no se convirtieron en una sección fija de la revista, con la firma de Marino Benejam, Tur o Sabatés.
En estas tiras el profesor Franz, científico nativo de Copenhague -un origen simbólico que apuntaba a un país nórdico, más desarrollado que España-, exhibía periódicamente sus artilugios de irónica utilidad, siempre acompañados con detalladas explicaciones sobre su funcionamiento.
Invenciones como la máquina para que los barbudos puedan tomar sopa, el aparato "espárracus" para hacer crecer a las personas, la máquina guillotina para cortar la punta de los cigarros puros, o el procedimiento para forzar la puesta de las gallinas son algunas muestras del ingenio del profesor.
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